Hoy viernes día 25 de abril de 2013, festividad de San Marcos Evangelista se cumplen 318 años del hecho de armas de ha marcado para siempre el nombre de Almansa en la historia. Relatamos brevemente, como se desarrolló la batalla en versión del Conde de Pinto.
Luis BONETE Copyright-2025
Hoy viernes día 25 de abril de 2013, festividad de San Marcos Evangelista se cumplen 318 años del hecho de armas de ha marcado para siempre el nombre de Almansa en la historia. Relatamos brevemente, como se desarrolló la batalla en versión del Conde de Pinto.
El 25 de abril de 1707, día de San Marcos, a las 11 de la mañana comenzó a llegar la vanguardia del ejército aliado a los llanos de Almansa, hallándose ya en perfecto orden de batalla a las 2 de la tarde. Se trataba de una heterogénea fuerza integrada por treinta y dos batallones portugueses, veintiuno anglo-holandeses, en un número aproximado de treinta mil infantes y seis mil de a caballo, disponiendo de cuatro baterías con un total de veintidós cañones; todos ellos bajo el mando supremo del marqués de las Minas, que disponía de una primera línea formada por los tenientes generales Herle, Dona, Galloway y Gilari; y los mariscales de campo Silute, Don Juan Manuel y el conde de Villaverde; y una segunda, integrada por los generales de caballería don Juan de Atayde y el conde de Atalaya, así como el teniente general Frison y el mariscal de campo don Pedro Vasconcelos.
Frente a ellos, las tropas borbónicas oponían cincuenta batallones franco-españoles con un total aproximado de veinticinco mil infantes, nueve mil jinetes y tres baterías con diecinueve cañones; formados a las órdenes del mariscal duque de Berwick, asistido en la primera línea por los tenientes generales duque de Populi, monsieur de la Badie, don Carlos de San Gil, monsieur Davaray, y los mariscales de campo Silly, conde Pinto, Vallet, Vicentelo y Medinilla; y en la segunda, por los tenientes generales Caballero D’Asfeld, monsieur Debessy, duque de Hauvre, Caballero Croix, marqués de la Verre, Pons y Mahony.
Evidentemente, la infantería aliada era superior a la franco-española, cuya caballería, sin embargo, contaba con mayores efectivos. Este aparente equilibrio de fuerzas mantuvo indecisa la lucha durante más de hora y cuarto, hasta que la superioridad de la caballería borbónica terminó por inclinar la victoria a su favor; aunque, según la princesa de los Ursinos, esta batalla se ganó gracias al soborno de cien mil doblones que se dieron al general holandés.
Comenzaron las hostilidades a las dos y media de la tarde con nutridas descargas de artillería, hasta que el ala izquierda aliada avanzó con ánimos de apoderarse de una batería borbónica. Respondió a ello una carga de la caballería franco-española que, rompiendo la primera línea enemiga, llegó hasta su segunda. Acto seguido, Berwick ordenó el avance a bayoneta calada de la infantería de su ala derecha, aprovechando el desconcierto sembrado en el flanco izquierdo aliado.
Mientras, en el centro, la infantería del marqués de las Minas lograba avanzar, consiguiendo dos batallones ingleses pasar más allá de la segunda línea franco-española, donde fueron envueltos por cuatro escuadrones de dragones y pasados íntegramente a cuchillo.
Entre tanto, el ala izquierda borbónica avanzaba con gran dificultad ante la enconada resistencia opuesta por las unidades del flanco aliado que, viendo la brecha abierta en su izquierda por el ala derecha de Berwick, dando la batalla por perdida, intentaron organizar su retirada, a la espera de ganar las alturas de la Sierra cercana al amparo de la noche; sin embargo, perseguidos por la infantería franco-española, fueron obligados a bajar de nuevo al llano donde fueron masacrados por la caballería del ala derecha borbónica que, inmediatamente después inició la persecución del flanco izquierdo aliado, el cual, asimismo se batía en retirada.
La falta de luz permitió a los fugitivos alcanzar las alturas del cerro de la Cueva (hoy cerro de Los Prisioneros), donde fueron rodeados y obligados a rendirse al romper el nuevo día, siendo hechos prisioneros cinco batallones ingleses, cinco holandeses y tres portugueses.
El resultado de la lucha no podía haber ofrecido mejor balance para las tropas de Berwick que, con apenas mil quinientas bajas entre muertos y heridos, consiguieron infligirle al ejército aliado más de cinco mil, haciendo cerca de once mil prisioneros, entre ellos cinco mariscales de campo, siete brigadieres y veintisiete coroneles; tomándole, además todas sus piezas de artillería, 120 de las 137 banderas y estandartes que portaban, así como la totalidad del equipaje y bagajes que habían quedado en Fuente la Higuera
«…, es completamente imposible, no ya físicamente, sino de forma semántica, despedir a un denominado «PROTOCOLO INFANTIL ACC 2024» y otro más tildado de «PROTOCOLO 2024«, y ¿por qué es imposible se preguntará quien este breve lea? Es muy sencillo; es inviable debido a que nada de lo que se ve en las imágenes que aquí ven la luz, y tampoco de lo que se puede leer, siquiera lo que se pretende afirmar en el titular se corresponde a nada que se parezca a PROTOCOLO. “Protocolo es un conjunto de reglas, conductas o procedimientos, establecidos por norma o por costumbre, para hacer frente de manera organizada a una situación o un problema”RAE, dixit…»
Luis BONETE. Copyright-2025
Es completamente imposible, no ya físicamente, sino de forma semántica, despedir a un denominado «PROTOCOLO INFANTIL ACC 2024» y otro más tildado de «PROTOCOLO 2024«, y ¿por qué es imposible se preguntará quien este breve lea? Es muy sencillo; es inviable debido a que nada de lo que se ve en las imágenes que aquí ven la luz, y tampoco de lo que se puede leer, siquiera lo que se pretende afirmar en el titular se corresponde a nada que se parezca a PROTOCOLO. “Protocolo es un conjunto de reglas, conductas o procedimientos, establecidos por norma o por costumbre, para hacer frente de manera organizada a una situación o un problema”RAE, dixit.
Que semejante disparate se haya plasmado de forma palmaria en la Revista Oficial de Fiestas 2025, que edita el Ayuntamiento de Almansa, y que consecuentemente está al alcance de todo aquel que adquiera la citada Revista de Fiestas denota que quien haya sido la persona o personas comisionadas de revisión de textos ni los han leído, ya que de hacerlo, no se habrían publicado esas dos páginas con semejantes titulares.
Pero es que me temo lo peor visto lo visto y oído lo oído tras años de pervertir el artículo «PROTOCOLO», que nadie, pero nadie, tiene el más mínimo interés de dar sentido al sufrido artículo que en Almansa pasa las de Caín, sobre todo llegados los días de Fiestas Mayores.
Responsables municipales de Fiestas, Concejalía, Junta Festera y Agrupación de Comparsas, a vosotros me dirijo una vez más: un protocolo NO SE PUEDE DESPEDIR JAMÁS. Si lo que se pretende es seguir pervirtiendo el famoso artículo con el uso más inadecuando que se le puede dar…, adelante! si por el contrario alguien responsable de Fiestas lee estas líneas y cree que estoy en el uso de la razón, corríjase este yerro y pónganse las pilas en llamar a las cosas por su nombre.
Se nos llena la boca de presumir que las Fiestas de Almansa (justamente) están calificadas de Interés Turístico Internacional, pero quienes deben de velar por su promoción, por su pureza, por su cuidado y lucidez, hacen justo lo contrario…, tiran piedras contra su propio tejado y, lejos de avanzar, impulsan con su negligencia que se publique en el espejo literario promocional de los días festeros nada más y nada menos que «…, se despide a un protocolo» cuando en realidad a quien se debería de despedir es a las personas iletradas y palurdas que permiten con su ignorancia que un ridículo semejante no sea motivo de vergüenza, y consecuentemente de una inmediata rectificación a nivel festera.
«…, el portavoz del Partido Popular de Almansa, Javier Sánchez , mostró su profunda preocupación por la al tener conocimiento de que una discutible decisión del Gobierno Regional puede poner en peligro la continuidad de actividades en el colegio especil de Asprona en Almansa. Esta noticia, de confirmarse, sin duda alguna amenazará definitivamente la viabilidad de este centro educativo, motivada por una decisión de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha que anuncia recortes en la financiación y limitaciones al trabajo colaborativo con centros educativos ordinarios, entre ellos, el centro almanseño de Asprona…,»
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El portavoz del Partido Popular de Almansa, Javier Sánchez , mostró su profunda preocupación por la al tener conocimiento de que una discutible decisión del Gobierno Regional puede poner en peligro la continuidad de actividades en el colegio especil de Asprona en Almansa. Esta noticia, de confirmarse, sin duda alguna amenazará definitivamente la viabilidad de este centro educativo, motivada por una decisión de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha que anuncia recortes en la financiación y limitaciones al trabajo colaborativo con centros educativos ordinarios, entre ellos, el centro almanseño de Asprona
Aseguró Javier Sánchez, que la medida adoptada por el gobierno Regional «compromete gravemente el futuro de un centro con una trayectoria ejemplar, que ha sido referente nacional en educación inclusiva». La noticia ha sido recogida por numerosos medios de comunicación, como El País, La Tribuna de Albacete, Cadena SER o el diario local La Tinta de Almansa, que inciden en la relevancia y el impacto de esta situación tanto a nivel local como nacional.
Desde el Partido Popular recuerdan que el colegio de Asprona es uno de los pocos en España que ha dado el paso de transformarse en un Centro de Recursos, en línea con los principios de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que establece el derecho de niños y niñas con discapacidad a formar parte del sistema educativo general sin ser segregados.
Los populares califican de «incomprensible» que, en lugar de apoyar esta labor pionera y transformadora, «la Junta de Comunidades haya optado por limitar su alcance y recortar su financiación», dejando sin atención especializada a 38 alumnos en centros ordinarios de toda la comarca del Corredor de Almansa.
Javier Sánchez, fue contundente al denunciar la pasividad del equipo de gobierno municipal, especialmente la ausencia del concejal de Educación y la falta de respuesta de la alcaldesa socialista, Pilar Callado, así como el desacierto del consejero de Educación regional, a quienes acusa de no defender un modelo de educación verdaderamente inclusiva.
«Asprona es un ejemplo de innovación pedagógica, inclusión real y compromiso con los derechos de las personas con discapacidad. No podemos permitir que se desmantele su labor por decisiones administrativas que carecen de sensibilidad y visión educativa», manifestó.
El Partido Popular exige al Gobierno del PSOE en Castilla-La Mancha y a la Consejería de Educación que rectifiquen de inmediato y que se mantenga el concierto económico con los centros de educación especial como Asprona. Consideran que estos centros no solo son fundamentales para garantizar la igualdad de oportunidades, sino que además son referentes de buenas prácticas en todo el país.
Al parecer, y a pesar de lo anterior, según informó el 15 de abril el diario La Tribuna de Albacete, la consejería de Educación tiene intención de «renovar todas las unidades del Centro de Educación Especial de Asprona en Almansa». Esta supuesta intención se habría hecho pública en una «nota fantasma» a la que ningún otro medio en la provincia ha podido tener acceso.
La situación es semejante a la reciente amenaza de cierre del servicio de Bachillerato para Adultos de Almansa: parecía que se materializaba su finalización por las mismas razones (supuestamente por no llegar al mínimo de alumnado) y hasta que no se movilizó la vecindad para mostrar oposición, no se anunció su continuidad.
La niña que quería ser Marie Curie y se soñaba con bata blanca, en un hospital, velando la cama de un paciente, alcanzó el éxito cuando abandonó su vocación. Fue, como ocurre en estos casos, empujada por las circunstancias. ¿Qué es el éxito sino un chispazo de imprevisión?
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La niña que quería ser Marie Curie y se soñaba con bata blanca, en un hospital, velando la cama de un paciente, alcanzó el éxito cuando abandonó su vocación. Fue, como ocurre en estos casos, empujada por las circunstancias. ¿Qué es el éxito sino un chispazo de imprevisión?
Belén Garijo (Almansa, Albacete, 1960) terminó la residencia de médico en el hospital de La Paz y supo que se iba a la calle. Entonces emprendió un camino que no era el que había querido, pero que se aparecía como el más atractivo, el menos malo de los posibles: los ensayos clínicos, la industria farmacéutica.
Garijo, la médico que por fin era médico y dejaba de repente de serlo, comenzó así una carrera de incertidumbres que la colocó velando otra cama, la de Europa. Una decisión suya puede provocar un temblor que, como los desayunos contundentes, podríamos llamar “continental”. Garijo, la vemos sentada en el gran salón del ‘Wake Up’, la vemos posando en esta inquietante galería de poderosos, es hoy CEO de la farmacéutica Merck. La mujer mejor pagada del Dax-30 (cerca de 6 millones de euros/año) que es el Ibex de los alemanes.
Garijo ha generado –piensa ella– más titulares debido a su poder y a su sueldo por el hecho de ser mujer. Y eso es un arma de doble filo. Demuestra la voladura puntual del techo de cristal, pero afianza la sensación de que se trata de una excepción. No cree en las cuotas forzosas, pero sí aplica políticas internas encaminadas a la “diversidad y la paridad”. La vemos de espaldas, con la americana corta y el pelo rubio a la altura de los hombros, con el verbo contundente y conciso, y nos recuerda a la Merkel que se convirtió en canciller.
Se ha posicionado contra Trump y nos sorprende porque sus posicionamientos generales no van más allá de criticar el populismo y solicitar una “desburocratización europea”. ¡Qué tiene que parecerle Trump para decir lo que ha dicho en el ‘Wake Up’! ¿Cómo no va a medir sus palabras si su empresa vale en Bolsa lo que Inditex y el Banco Santander juntos?
La fotografía y el arte, la cocina como un laboratorio, la música clásica, las plantas medicinales, las noches de películas científicas, la gala de las Top 100, el reto de lectura anual, la mayor de cuatro hermanos, dos hijas… y un madridismo ineludible, como para regresar a España con el mero motivo de Bernabéu. Y el “cubo de la curiosidad”: una dinámica que su empresa acerca a los colegios del mundo para espolear el interés de los niños por la ciencia. Al fin y al cabo, fue ese interés, esa curiosidad, lo que le llevó a ella desde Almansa hasta la cima del Dax, un índice que sigue la evolución de las 30 compañías más grandes que cotizan en la Bolsa de Frankfurt. Este índice es esencial para medir la salud financiera de Alemania, la cuarta economía mundial.
El alcalde de Almansa, Francisco Núñez, acompañado por la concejal de Promoción Económica y Empleo, Antonia Millán, y los representantes de la Asociación de Fabricantes de Calzado (FICE) y la Federación de Empresarios (FEDA) Enrique Navalón y Francisco Hernández respectivamente, protocolizaron ayer en el Ayuntamiento de Almansa la firma de un convenio de colaboración para fomentar la consolidación de acciones empresariales en Almansa a lo largo del presente año de 2016.
Antonia Millán indicó que con la firma del convenio “pretendemos aunar esfuerzos y optimizar recursos, a la vez que generamos una metodología común para que los asociados de ambas organizaciones y el propio Ayuntamiento trabajemos en la misma dirección, diseñando acciones de formación y consolidación empresarial en la ciudad de Almansa”, señaló.
duplicar Francisco Hernández delegado de FEDA en Almansa se “felicitó” por la firma de este convenio y destacó que tiene “objetivos ambiciosos”, entre los que destacó, la coordinación de acciones entre los firmantes del convenio para no incurrir en actuaciones a menudo duplicadas.
Hernández destacó que con la firma del convenio se pretendía también el dar una continuidad a todas aquellas empresas a las “que hemos ayudado a introducirse en el mundo empresaria a través del programa Emprendedores”. Para Hernández es fundamental el “acompañamiento” de las empresas una vez que se las ha ayudado a comenzar su actividad, “y lo queremos hacer a través de una decidida apuesta por acciones formativas, y ayudándolas a superar las dificultades del día a día”.
Enrique Navalón (FICE) calificó de “muy importante” la firma del convenio, “un documento que organiza y ordena la formación que dimana de las tres instituciones firmantes, evitando que se solapen llevando a cabo sus acciones en favor de las empresas”, dijo.
Finalmente, el alcalde de Almansa, Francisco Núñez, calificó de “muy buena noticia” la firma de este convenio de consolidación empresarial. Para el regidor almanseño, tras el buen funcionamiento de la experiencia Emprendedores con FEDA, “la firma de este convenio a tres bandas era una obligación del Ayuntamiento que asumo con total agrado”, dijo.
El alcalde almanseño aseguró que “no tengo duda que, juntos, vamos a mejorar las perspectivas de mercado y con ello en empleo”.
En Corea del Norte se aprende a llorar en silencio, a ver sin levantar la mirada y a mantener el rostro impasible ante estímulos sobrecogedores. A su pesar, el extranjero va perfeccionando estas técnicas conforme avanzan los días que pasa allí. En realidad, las domina rápido porque es instruido por los mejores profesores: los norcoreanos. Los veintitantos millones de ciudadanos de a pie del Reino Hermético ejercen con maestría una impasibilidad bien estudiada. No hablan, susurran; no preguntan, intuyen; y no lloran si no hay funeral de Estado que requiera el llanto. Pero estas destrezas no surgen sino de la obligada sumisión al Líder, al Partido y a la Patria a la que son acostumbrados prácticamente desde que nacen. Y más allá de estos solemnes actos, las lágrimas están prohibidas, pues… ¿Quién tiene la necesidad de llorar cuando vive en el que su propio Gobierno hace llamar «el país más feliz del mundo»?
Esto lo sé porque estuve en Corea del Norte el pasado verano, tan solo unos meses antes de que lo hiciera Otto Frederick Warmbier. Sin embargo, quizás él no lo supiera cuando, hace dos meses, se le ocurrió arrancar un cartel con un eslogan político de las paredes del hotel más famoso de Pyongyang. Éste es el crimen por el que ayer compareció en la capital norcoreana, donde permanece detenido desde principios de enero. Lo ha hecho con la intención de confesarlo, de pedir perdón y de implorar que le salven. Tiene 21 años, viajó a Corea como estudiante y es imposible saber si ha sido forzado a hablar este lunes.
Ocurre que, cuando llevas unos días en Corea del Norte, empiezas a preguntarte cosas, a cuestionar tu sistema de valores y a intentar dirimir quiénes son los buenos y quiénes son los malos en la secuela de la Guerra Fría. Te ha dado tiempo a acostumbrarte a hacer reverencias ante dictadores muertos y a sentirte observado por sus retratos en todas las estancias. Por un momento cambia tu forma de ver el mundo. Eres vulnerable a las bondades de la idea Jucheexplicadas por apasionados feligreses que profesan -a la fuerza o libremente- la religión de los Kim, que reviven sin cesar esos crímenes de Occidente que no aparecen en los libros de historia con los que te has educado. Te acaba pareciendo normal despertarte y acostarte con miedo.
Por ello, no son las palabras de Otto hechas públicas ayer -con las que ha confesado haber sido manipulado por el Gobierno estadounidense, así como temer que éste haga daño a su familia-, sino sus lágrimas, las que me han llevado irremediablemente a recordar las mías. Sus lágrimas, mal contenidas bajo la atenta mirada de funcionarios que sirven a las locuras de una extravagante saga de dictadores, me han helado la sangre. Otto tiene miedo, mucho miedo. Quizás lleve dos meses teniendo miedo, y quizás ese miedo no le abandone ni cuando sea liberado.
Me delataron los niños
Como Otto, yo también tuve miedo durante los siete días que pasé en el reino de Kim Jong Un. Además del terror que se apoderó de mí durante mi última noche en Pyongyang, hubo dos momentos del viaje en que se me escaparon las lágrimas. Unas lágrimas que pusieron sobre aviso a mis guías-espía, que quizás estuviera captando demasiadas señales.
La primera fue en la escuela, tras verme incapaz de describir París ante unos niños que jamás conocerían la Ciudad de la Luz -los norcoreanos, salvo contadas excepciones reservadas a la ‘Élite Roja’, tienen prohibido salir del país- y de haber asistido a la escena de locura que se desató entre los funcionarios que nos vigilaban a mí y a otros extranjeros cuando un miembro de mi grupo entregó a los colegiales unos cuadernos envueltos en papel de regalo, a modo de presente. Se los retiraron al instante y nos invitaron a abandonar el centro. Y es que, ¿cómo iban a arriesgarse a que hubiéramos querido hacerles llegar «la verdad» a través de mensajes desperdigados por las aparentes páginas en blanco de libretas escolares?
Así fue mi primer encuentro cara a cara con el Gran Hermano que condiciona el futuro de estos niños y de muchos otros que no conocí. Fue doloroso entender que ellos nunca saborearían la libertad Occidental. Doloroso fue también cruzarme con aquel niño que andaba solo por los alrededores del parque de atracciones de Pyongyang. Llevaba una suerte de babuchas por calzado y unas ropas raídas. No parecía que hubiera llegado con sus padres, ni tampoco que pudiera acceder a ese recinto de la diversión que, por comunista, no tiene puertas para que todos los ciudadanos puedan acceder con el principio de la igualdad a modo de ticket. Él sabía que no podía cruzar esa entrada, por eso se conformaba con ver subir y bajar la lanzadera desde la valla y con asombrarse por la apariencia de esos extranjeros a los que escoltaban unas guías-espía que le forzaron a desaparecer de la escena. La mirada de ese pequeño, tan inmensa de vacío, me hizo entender más que cualquier larga explicación. No pudo sino provocar mis lágrimas por segunda vez en pocos días, dejando claro a mis custodios que debían atarme más en corto, aunque sólo fuera una joven estudiante. A partir de ahí, cualquier paso en falso que diera permitiría que me acusaran de cualquier extraño delito de esos que gustan a los tribunales norcoreanos, como deslealtad a la Patria o propaganda contra el Estado. Porque las lágrimas, prácticamente al mismo nivel que arrancar un póster, pueden constituir un crimen en ‘el lugar más feliz del mundo’.
Camino de la frontera
El día en que debía marchar, cruzando la frontera que separa a Corea de China, me desperté con la sensación de llevar una cruz arrastras. Mi guía-espía, recelosa de mis lágrimas de días anteriores y de las preguntas que intentaban salirse del guión, había identificado mi teléfono la víspera y había hecho especial hincapié en el hecho de que, según ella misma me dijo, yo no había entendido correctamente el espíritu de su país. Sabía que los guardias de inmigración se esforzarían más de la cuenta en investigar mi móvil. Un móvil repleto de fotografías de campesinos demasiado flacos, de niños trabajando las tierras en horario escolar o barriendo las calles en días festivos y de mujeres dirigiendo el tráfico en falda, a pesar de que tener un coche no les está permitido. También de familias disfrutando de un pícnic de domingo, de abuelos viendo a sus nietos pasándoselo en grande en los toboganes del nuevo parque acuático y de parejas entregándose al amor furtivo entre los matorrales que marcan el camino a las vías del tren. Pero con el Gran Hermano del que emana el neurótico control del gobierno rojo no se juega: aunque retraten sonrisas, no ha de tomarse ni una foto más allá del escaso perímetro permitido, que casualmente coincide estrictamente con el de los lugares solemnes, poco transitados por los norcoreanos de a pie.
Sentí la cruz sobre mis hombros durante las cinco horas que duró el viaje en tren hasta la frontera. A lo largo de ellas, recuerdo que me pregunté repetidamente qué sería de mí si hallaban razones para detenerme. Intercalaba estas cuestiones con miradas a los pueblecitos que adornaban inmensos campos, cuyos vivos tonos verdes sólo eran interrumpidos por pancartas del Partido Único que llamaban a los trabajadores a esforzarse más. Las casitas rurales fueron quedando atrás y en el horizonte comenzaron a dibujarse los rascacielos del otro lado del río Yalu, el símbolo más claro de que atravesando el puente se llegaba a la seguridad que proporciona una sociedad de mercado. Y, sin embargo, qué lejos sentí la libertad cuando el tren frenó en seco en la aduana.
Con las manos temblorosas, cogí mi equipaje y me dirigí a la oficina de registro. Permanecí en ella más de dos horas. Dos horas en las que alcanzaba a ver mi pasaporte, sabiéndome incapaz de recuperarlo hasta que los guardias no hubiesen comprobado y vuelto a comprobar, alentados por mis custodios, en vilo desde que habían visto mis lágrimas en días anteriores, que «estaba limpia». Ni anotaciones extrañas en papeles escondidos entre la ropa ni fotos ocultas en el teléfono móvil al que accedieron los militares tras exigirme que tecleara mi clave de seguridad para ellos. Quizás esas dos horas sean las más largas que recuerdo.Y quizás lo libre que me sentí al pisar suelo chino sea la sensación de mayor alivio que he experimentado. Quizás, también, los miedos a que no me devolvieran el pasaporte, a que me detuvieran como unos meses más tarde detuvieron a Otto y a quedarme encerrada en una cárcel que aísla a 25 millones de personas cuyo único delito es haber nacido en Corea del Norte, los más reales.
Sin carné de periodista
Mis miedos, por supuesto, no son nada comparados con los que deben llevar semanas atormentando al hoy «criminal» Otto. Escogí dejarme el carné de periodista en casa y entrar en Corea del Norte con el de estudiante -como Otto-. La vigilancia a la que los guías-espía someten a los periodistas extranjeros no puede compararse a la relativamente «poca» que ejercen sobre los turistas «normales», y bajo vigilancia es muy difícil trabajar. Sin cámara fotográfica, sin ordenador y sin cuaderno de notas es mucho más sencillo mirar a las personas a los ojos; y es en sus ojos donde reside lo que importa.
No quisiera que estas líneas, ni siquiera el vídeo de este estadounidense cautivo sin culpa en un despiadada tiranía que ya circula por las redes sociales, nos hicieran perder la perspectiva, en todo caso. Por esta razón, y con la cara del niño que deambulaba por los alrededores del parque de atracciones de Pyongyang eternamente clavada en mi memoria, quiero terminar este relato de los recuerdos de mis recuerdos de Corea del Norte con una canción de Arirang. Pues es Arirang uno de los muchos vínculos que siempre unirá a los hermanos separados por las concertinas del Paralelo 38. En días de fiesta, tanto en el Norte como en el Sur los muchachos coreanos, perfectamente trajeados, toman de la mano a las jóvenes, envueltas en los coloridos hanboks, tradicionales a ambos lados de la frontera más militarizada del mundo. Con coordinación soviética en Pyongyang ysmartphone en mano en Seúl, danzan al son del más famoso tema de Arirang, que dice así: «Tantas estrellas hay en el cielo despejado como sueños hay en nuestro corazón».
Un solo corazón que late por los de 25 millones de personas, que da vuelcos al capricho del Gobierno de Kim Jong-un que hoy mantiene detenido a ese chico occidental. Sé que, como yo, pensarás en ese corazón cuando estés de vuelta en casa, Otto; ojalá que muy pronto. Y que el miedo que sentiste por ti lo seguirás sintiendo por esos 25 millones. No olvides, por favor, que muchos habrán depositado sus esperanzas en ti.
El nuevo Consejo tiene como objetivo el ser el cauce a través del cual se coordinen las acciones de las distintas administraciones.
l.b. /almansa La Tribuna de Albacete
Por unanimidad de todos los grupos, el Pleno de la Corporación almanseña reunida ayer en sesión plenaria ordinaria aprobó la constitución de una nueva comisión municipal denominada: Consejo Local de Ayuda al Refugiado.
El consejo quedó definido de la siguiente forma: concejal de Bienestar Social, un representante de cada uno de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento, un técnico de Servicios Sociales, un representante de Cáritas, Cruz Roja y la iglesia Católica, representantes de la Plataforma de Ayuda al Refugiado, y cualesquiera otros que trabajen en beneficio de los refugiados.
objetivos Los objetivos que persigue el nuevo Consejo son los siguientes: trabajar para el bienestar de los refugiados; ser el cauce a través del cual se desarrollen las acciones que desde las distintas administraciones se puedan promover; impulsar iniciativas en favor de las personas refugiadas; que estas personas con dificultades puedan disponer de todos aquellos medios que el Ayuntamiento de Almansa posibilite en pro de conseguir el mayor nivel de bienestar posible de los refugiados, así como procurar el más alto nivel de integración de los refugiados en el conjunto de la sociedad almanseña.
Para conseguir una mejor operatividad y funcionalidad, el nuevo Consejo se reunirá de forma periódica y puntual, y valorará la información recibida de instituciones nacionales e internacionales con el objetivo de focalizar sus acciones eficazmente.
El Pleno de la Corporación aprobó por mayoría del PP establecer un procedimiento para proceder a la contratación de personal bajo la modalidad de colaboración público privada.
La propuesta avalada por IU-LV de que el Ayuntamiento aceptase la facturación de dos trabajadores autónomos hasta el fin de curso, fue rechazada por el grupo popular.
luis bonete / almansa La Tribuna de Albacete
La Corporación almanseña, con los votos a favor del Partido Popular y en contra del Partido Socialista e Izquierda Unida-Los Verdes, aprobó ayer que por parte de los servicios jurídicos municipales se establezca el procedimiento en base a la ley de contratación del sector público bajo la modalidad de colaboración público-privada.
El concejal delegado de Servicios Sociales, José Antonio Gil, explicó que con esta medida se busca el poder implementar los servicios de la unidad de tarde, mediación, orientación, absentismo escolar, expulsiones e inserción socio laboral en el Centro de Atención a la Familia y la Adolescencia del barrio de San Roque».
entidad Añadió Gil que el citado centro del barrio de San Roque «ha venido prestando servicio ininterrumpidamente desde noviembre del año 2013, a través de una colaboración público-privada con el apoyo de una unidad sin animo de lucro». Como consecuencia de la no renovación por parte de la Diputación Provincial de la subvención a la entidad que prestaba el servicio, «recientemente se ha tenido que suspender esa actividad procediendose al cese de los trabajadores contratados al efecto».
Para el portavoz del grupo municipal de IU-LV, Cristian Ibáñez, «esta moción ha llegado muy tarde, debido a que nosotros planteamos este mismo caso en una propuesta propia que creemos mucho más completa», señaló.
Añadió Ibáñez que, la interrupción del programa objeto de la moción, en lo que se refiere a los usuraios de primero y segundo de ESO, «es un problema que nosotros consideramos muy grave, y por ello pensamos que se debe de reiniciar cuanto antes por motivos pedagógicos y didácticos.
Por parte del grupo municipal socialista, la portavoz en esta moción Silvia Ruano aseguró que «compartimos todos los argumentos expuestos por parte del grupo de IU-LV, y anunciamos que votaremos en contra la moción presentada por el Partido Popular».
Desde IU-LV se hizo una contrapropuesta en forma de moción en la que pedían se aprobase que, con cargo a los presupuestos de 2016, se negocie con los trabajadores que han estado interviniendo en el Centro de San Roque, con el propósito de realizarles un contrato menor para que puedan seguir prestando sus servicios hasta el fin del curso escolar. «Estas personas deberían de facturar como autónomos 1.300 euros/mes cada uno, siendo el coste total hasta fin de curso de 10.400 euros», señalaron en Izquierda Unida.
Se aprobó la propuesta popular y se rechazó la de IU-LV.
La película favorita hoy para los Oscar es la historia real de ‘El trampero de Misuri’
Recuperamos la crónica periodística que dio a conocer los hechos. La firmó, en 1825, un abogado que llegó a ser juez
Las fortunas diversas de aquellos que llevan el apodo del título [The Missuri Trapper, en español: El trampero de Misuri], cualesquiera que sean sus virtudes o sus deméritos, deben, de acuerdo con los habituales principios de humanidad, ser acreedores de nuestra simpatía, al tiempo que no pueden dejar de despertar admiración. Las penalidades voluntariamente afrontadas y las privaciones valerosamente soportadas por esta raza de resistentes, en el ejercicio de su peligrosa vocación, ofrecen abundantes pruebas de estas peculiares características que distinguen a los americanos de los bosques. Los desiertos inexplorados de Misuri, los innumerables riachuelos tributarios del Misisipi, las espesuras de las Montañas Rocosas, todos ellos han sido explorados por estosaudaces aventureros; por otra parte, la considerable y creciente importancia del comercio de pieles de Misuri es muestra, así como sus cifras, de sus habilidades y perseverancia.
El ingenioso autor de Robinson Crusoe ha demostrado, mediante una afable ficción, que un hombre puede sobrevivir en un desierto sin la sociedad ni la ayuda de sus semejantes y sin el concurso de esos artilugios técnicos que se consideran indispensables en un estado de sociedad civilizada; que la naturaleza le proveerá de todo lo que necesite y que su propio ingenio le sugerirá medios y formas de vida con los que ni sueñan en los refinados círculos de la filosofía. Que aquello que el novelista ha juzgado prácticamente imposible y que un amplio porcentaje de sus lectores ha considerado siempre maravillosamente increíble, se reduce en la actualidad a algo que se pone en práctica cada día y cada hora en nuestros bosques del oeste. Aquí pueden encontrarse muchos Crusoe vestidos con pieles y manteniendo sin pesar alguno su casita de soltero en los agrestes bosques, privados de la sonrisa de una hermosa mujer, sin el consuelo de la voz de un humano, sin siquiera un Viernes por compañía, y ajenos a este mundo enincesante movimiento, a sus preocupaciones, a sus placeres o a sus comodidades.
‘Robinson Crusoe’ es de hugh glass
En junio pasado llegó al Fuerte Atkinson, procedente del Misuri superior, un hombre ya mayor que fue reconocido instantáneamente por algunos de los oficiales de la guarnición como un individuo que, supuestamente, había sido devorado, hacía algún tiempo, por un oso gris pero del que más recientemente se había informado que había sido asesinado por los indios arikara. Su nombre es Hugh Glass. No he determinado con precisión si la vieja Irlanda o la Pensilvania escocés-irlandesa reivindican el honor de su nacimiento, y supongo que tampoco la humilde suerte de este recio aventurero irá a despertar sobre este asunto una rivalidad semejante a la que se refiere al lugar de nacimiento de Homero. Lo que sigue es su propio informe sobre sí mismo durante los últimos diez meses de su peligrosa carrera.
Fue empleado como trampero [se dice que es el «cazador que emplea trampas para lograr sus presas», según la RAE] por el comandante Henry y asignado a su mando ante los poblados arikara. Después de la huida de estos indios, el comandante y su grupo partieron hacia el Río Yellowstone. Su ruta se extiende Río Grande arriba y por un terreno de pradera, salpicado aquí y allí de matas y malezas, ciruelos enanos y otros arbustos propios de áridos suelos arenosos. Puesto que estos aventureros obtienen sus alimentos, así como sus vestimentas, del espacioso almacén de la Naturaleza, es habitual que uno o dos cazadores se adelanten al resto en busca de piezas, de manera que el grupo no se vea obligado, de noche, a acostarse sin cenar. Reputándose la escopeta de Hugh Glass entre las más fiables, se destacó en cierta ocasión en busca de provisiones.
No se había adelantado mucho del grupo y se estaba abriendo paso por unos matorrales cuando una osa gris, que se había medio enterrado en la arena, se levantó a menos de tres metros de él y, antes de que pudiera «apretar el gatillo» o darse la vuelta en retirada, lo había agarrado por la garganta y levantado del suelo. Arrojándolo de nuevo a tierra, su espeluznante adversario le arrancó un bocado del sustento caníbal, el cual había despertado su apetito, y se retiró a presentar la muestra a sus cachorros, que estaban al alcance de la mano.
En sus palabras: «reventé al bicho»
La víctima hizo entonces un esfuerzo por escapar, pero la osa volvió inmediatamente con nuevos bríos y lo atrapó otra vez por el hombro; le produjo también un gran desgarro en su brazo izquierdo y le infligió una herida de gravedad detrás de la cabeza. En este segundo ataque, a los oseznos les impidió tomar parte uno de los del grupo, que se había lanzado precipitadamente en auxilio de su camarada. Una de las crías, sin embargo, obligó al recién llegado a meterse en su retirada dentro del río, donde, de pie en medio de la corriente, le disparó a su enemigo un tiro mortal o, por utilizar sus propias palabras:«reventé al bicho». Entretanto, había llegado la sección principal de los tramperos, que acudieron en socorro de Glass y dispararon siete u ocho tiros con tal acierto que dieron fin a las hostilidades, poniendo en fuga a la osa cuando estaba erguida sobre su víctima.
Así fue como arrebataron a Glass de las garras del feroz animal, aunque su estado distaba mucho de ser envidiable. Había recibido varias heridas, todas ellas letales; todo su cuerpo estaba magullado y malherido y se encontraba tendido en el suelo bañado en su propia sangre, entre intensos dolores. Procurarle asistencia quirúrgica, tan conveniente en aquel momento, era imposible; y trasladar a la víctima no lo era menos. La seguridad del grupo en su conjunto, ahora que estaban en territorio de indios hostiles, dependía de la celeridad de sus movimientos.
Sacar de allí al malherido e inerme Glass equivaldría a una muerte cierta para él y una medida de ese tipo habría resultado peligrosísima para el resto del grupo. Ante tales circunstancias, el comandante Henry, no sin ofrecer una exorbitante recompensa, convenció a dos de los suyos a quedarse con el herido hasta que expirara o hasta el momento en que pudiera recuperarse lo suficiente como para trasladarlo a algunos de los establecimientos comerciales del territorio.
Cinco días permanecieron al lado del paciente y, dando por hecho que su recuperación no era ya posible, lo abandonaron cruelmente, llevándose con ellos su escopeta, su zurrón y lo demás, y dejándolo sin medio alguno de hacer fuego o procurarse alimento. Estos miserables sin principios siguieron los pasos de su patrón y, cuando lo alcanzaron, informaron que Glass había muerto a consecuencia de sus heridas y que ellos lo habían enterrado de la mejor manera posible. Aportaron sus efectos como confirmación de sus afirmaciones y de inmediato les dieron crédito.
Mientras tanto, el desgraciado Glass, que seguía agarrándose a un hilo de vida, cuando se vio abandonado, se arrastró entre grandes dificultades hasta una fuente que se encontraba a escasos metros, junto a la que se quedó tendido durante diez días. En ese tiempo subsistió a base de frutos silvestres que adornaban el manantial y de grains des boeufs [Shepherdia argentea, o bayas de búfalo] que tenía a su alcance. Al recuperar, muy poco a poco, algo de fuerza, emprendió entonces camino hacia el Fuerte Kiawa, un establecimiento comercial sobre el río Misuri, a unas 350 millas [unos 560 kilómetros] de distancia. El penoso itinerario hasta alcanzar el final de semejante viaje, a través de un territorio hostil, sin armas de fuego, con apenas fuerzas para arrastrar sus extremidades, una después de la otra, y sin prácticamente ningún otro medio de subsistencia que frutos silvestres, requería unas dosis de entereza absolutamente fuera de lo común.
Tuvo la buena fortuna, no obstante, de encontrarse un buen día «con la muerte de una cría de búfalo» a la que una manada de lobos había pillado desprevenida y dado muerte. Dejó que los agresores continuaran su pelea hasta que ya no quedaron señales de vida en su víctima; y entonces se metió en medio y tomó posesión de la «bien cebada cría«; sin embargo, como no tenía medio de hacer fuego, podemos deducir que no consiguió un aprovechamiento muy generoso del ternero así obtenido. Con infatigable dedicación, siguió avanzando a duras penas hasta que llegó al Fuerte Kiawa.
Antes de que sus heridas sanaran por completo, a Glass se le despertó su sentido del honor y se unió a un grupo de cinco engagés [soldados voluntarios] que iban a ir, en una piroque [piragua], por el río Yellowstone. El objeto principal declarado de este viaje era la recuperación de sus armas y la venganza de los cobardes que le habían robado y lo habían abandonado en su hora de peligro.
Cuando el grupo hubo llegado a pocas millas de la antigua aldea de Mandan, nuestro trampero, maestro en escapar por los pelos, echó pie a tierra con el objetivo de dirigirse desde ese lugar al Fuerte Tilton por una ruta más cercana que la del río. En los días que siguieron, todos sus compañeros de viaje fueron muertos por los indios arikara. Cuando se aproximaba al fuerte con ciertas precauciones, observó a dos indias, a las que reconoció como arikaras, y ellas, que lo descubrieron a él al mismo tiempo, se volvieron y huyeron.
Dos pieles rojas lo capturan
Ésta era la primera información que obtenía del hecho de que los arikaras se hubieran aposentado en la aldea de los Mandan [una tribu india de lengua siux] y al punto se dio cuenta del peligro de su situación. Las pieles rojas no tardaron mucho en reunir a los guerreros de la tribu, que inmediatamente comenzaron la persecución. Resentido todavía de la gravedad de sus recientes heridas, el pobre fugitivo ensayó una débil tentativa de fuga y, cuando sus enemigos estaban al alcance de los disparos de su escopeta, dos guerreros mandanes a caballo se lanzaron sobre él y lo capturaron. En lugar de acabar con la vida de su prisionero, tal y como él había dado por hecho, lo subieron a uno de sus caballos, que habían traído con ese fin, y lo llevaron al Fuerte Tilton sin un rasguño.
Aquella misma noche, Glass se escapó sigilosamente del fuerte y, tras viajar durante treinta y ocho días, en solitario y a través del territorio de unos indios hostiles, llegó al destacamento Henry.
Al enterarse de que el trampero al cual perseguía se había ido del Fuerte Atkinson, Glass accedió de buena gana a ser el portador de cartas para ese puesto y, por consiguiente, abandonó el Fuerte Henry, en el río Big Horn, el 29 de febrero de 1824. Cuatro hombres lo acompañaban. Viajaron hasta el río Powder, que vierte sus aguas en el Yellowstone, aguas abajo de la desembocadura del [Big] Horn. Continuaron su ruta Powder arriba hasta sus fuentes y, desde allí, hacia el Platte. Aquí construyeron unos botes con pieles y descendieron en ellos hasta el extremo inferior de Les Cotes Noires (las Colinas Negras), donde descubrieron treinta y ocho cabañas de los indios arikara. Se trataba del campamento del grupo de Ojos Grises. Este jefe había muerto en el ataque de los soldados americanos a su aldea y su tribu se encontraba ahora bajo el mando de Langue de Biche (Lengua de Alce). Este guerrero bajó [al río] e invitó a nuestro pequeño grupo a echar pie a tierra y, con muchas manifestaciones de amistad, los indujo a creer que era sincero.
El jefe de los salvajes le abraza
Glass había convivido en tiempos con este político resabiado y trapacero durante todo un invierno, había salido de caza con él y fumado su pipa y roto muchas botellas junto al fuego amistoso de su tienda; y cuando pisó tierra, el jefe de los salvajes le abrazó con la cordialidad de un viejo amigo. A los hombres blancos les retiraron inmediatamente toda vigilancia y ellos aceptaron la invitación a fumar en la tienda del indio.
Mientras estaban dedicados a pasarse la pipa de la hospitalidad, se oyó a un niño pequeño lanzar un chillido sospechoso. Glass miró por la entrada de la tienda y observó que las mujeres de la tribu se llevaban las armas y otras pertenencias de su grupo. Ésta fue la señal para que todo el mundo se pusiera en movimiento; los huéspedes saltaron de sus asientos y huyeron precipitadamente perseguidos por sus traicioneros anfitriones: los blancos corrían para salvar su vida; los guerreros pieles rojas, en busca de sangre.
Dos del grupo fueron alcanzados y les dieron muerte: uno de ellos, a escasos metros de Glass, que había ganado una zona de rocas sin que se dieran cuenta y se mantuvo cuerpo a tierra, oculto a la vista de sus perseguidores. Versado en todas las artes de la guerra de la frontera, nuestro aventurero estaba capacitado para ponerlas en práctica en la presente crisis, con tal éxito como para despistar a sus enemigos sedientos de sangre; se quedó en aquel recóndito lugar hasta que, perdidas las esperanzas, abandonaron su búsqueda. Al respirar una vez más el aire libre, salió de su escondite al amparo de la noche y retomó su camino a pie hacia el Fuerte Kiawa.
En esa época del año, los recentales de búfalo tenían por lo general apenas unos pocos días de vida; y como el territorio por el que viajaba estaba abundantemente poblado de ellos, comprobó que no era tarea difícil pillar desprevenido a alguno tantas veces cuantas su apetito le aconsejaba que acelerara el paso con este fin. «Aunque había perdido mi escopeta y todos mis pertrechos -manifestó-, sentí que era bastante rico cuando encontré mi cuchillo, mi pedernal [para hacer fuego] y mi eslabón en mi zurrón. Estos pequeños fixens [utensilios] -añadió- hacen que un hombre se sienta de lo más animado cuando se encuentra a quinientos o seiscientos kilómetros de cualquier ser humano o de cualquier lugar, completamente solo entre pumas y animales salvajes».
Encuentra a su peor enemigo
Un viaje de quince días lo llevó al Fuerte Kiawa. Desde allí descendió al Fuerte Atkinson, en [la ciudad de] Council Bluffs, donde encontró a su viejo y traicioneroconocido vestido de soldado raso. Esta circunstancia protegió de castigo al delincuente. El oficial al mando del puesto ordenó que se le devolviera su escopeta y al veterano trampero se le proporcionaron otros útiles o fixens, como él los denominaría, para ponerlo de nuevo en disposición de echarse al monte. Todo ello apaciguó la cólera de Hugh Glass, de quien mi informador se despidió. Mientras él, dejaba pasmado y boquiabierto, con su prodigioso relato, a toda la guarnición. Desde el último soldado al más alto oficial.
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