Previous Next

Pablo Carbonell: «No sé ni cómo sigo vivo, me he metido de todo»

Le encargaron un libro de memorias y se topó con un descubrimiento inquietante: es inmortal.

«Me he metido de todo», dice. «He bebido una barbaridad, me he pegado unas leches tremendas en el escenario, pero nada: no pueden conmigo… Haga lo que haga, no voy a palmar».

14583058094565Pablo Carbonell ha necesitado 53 años, un camión de droga, miles de noches de insomnio y unas memorias de 379 páginas para alcanzar una conclusión inapelable: «Soy inmortal». Lo proclama a primera hora en un bareto madrileño mientras sorbe un café bien cargado para deshacerse del sopor mañanero: «No sé ni cómo estoy vivo…», confiesa. «En serio: ¡no entiendo cómo no me he matao!».

Pablo titubea al hablar y abre los ojos con ese gesto alucinado tan suyo que sólo tiene un adjetivo posible: pablocarbonelliano. Luego le entra la risa, como si aún le sorprendiera su recién descubierto superpoder. «Haga lo que haga, no voy a palmar», insiste. «Me he metido de todo… Me he pegado unas leches tan bestiales en el escenario que mi grupo se ha puesto a tocar la marcha fúnebre… Pero nada: ¡es que no pueden conmigo!».

Así lo atestigua El mundo de la tarántula (Blackie Books), su nuevo libro de memorias. Es la crónica chanante de cómo un gaditano de buena familia se convirtió en hippie para luego mutar en dibujante, payaso arty, estrella del rock, reportero intrépido, director de cine, jurado de talent show y, ahora, autor de la versión cañí de un género que arrasa en medio mundo: las memorias confesionales. Allí recoge las siete vidas de un creador torrencial que, como un gato puesto de LSD, no siempre cae de pie. Pero sí, al menos, de costado.

1. EL HIPPIE

Pablo Carbonell nació en una familia ultracatólica de Cádiz donde el flamenco era «música de pobres» y el único consejo paterno cuando sufrió bullying fue que pusiera «la otra mejilla». Es decir, el entorno idóneo para que un rebelde congénito como Pablo se convirtiera en un hippie enganchado al ácido, la vagancia y el sexo libre. «Tuve una adolescencia criminal», recuerda. «Tenía un asesino viviendo dentro de mí, era totalmente autodestructivo… Ahora, menos mal, este asesino se limita a comerme las uñas».

Fue en esta época cuando fue rescatado de la muerte por la Guardia Civil en pleno colocón de estramonio. «A mis padres les expliqué que me había fumado un porro y se lo creyeron: para qué discutir», explica. También perdió la virginidad con un chico ácrata: en su adolescencia, explica, tenías suerte si una chica te daba un beso en la mejilla tras pasear con ella toda la tarde. Así que decidió autoproclamarse bisexual… pese a que nunca había estado con una mujer. «Porque no me dejaban, claro».

Carbonell siempre había ocultado esta fase de su vida. «Yo mismo me pregunto para qué coño lo he contado ahora», se carcajea. Ni siquiera su actual pareja está al corriente de sus aventuras juveniles con chicos. «Aún tengo que esperar su aprobación cuando lea el libro… ¡Y la de mi suegra». ¿Y si no lo acepta? «Será culpa suya. Por casarse con el hombre equivocado» (ríe).

2. EL PAYASO

Su primer trabajo fue hacer teatro callejero junto a su «hermano»Pedro Reyes. Así sobrevivieron hasta que llegó la Movida y, ya instalados en Madrid, se convirtieron en los payasos oficiales de la escena. Son míticas sus actuaciones en el Rockola y aún más sus gags en La Bola de Cristal, el programa infantil presentado porAlaska.

Dice Carbonell que hoy sería inconcebible un humor así de corrosivo. Pone como ejemplo la canción Bum Bum 1789, que narra el asalto al palacio donde viven los reyes. «Si la escribo hoy, me llevarían directo al cuartelillo por exaltación del terrorismo o llamar a la rebelión… Pero cómo llevo 30 años cantándola, pues me tienen que dejar», explica. «La gente ha perdido la libertad. Y, sobre todo, la libertad de permitir la libertad».

Siempre me he preguntado una cosa sobre ti: ¿tú estás loco o te lo haces?
Soy adicto a la libertad. Y la locura me permite ser libre (se queda callado un buen rato). Creo que con esto he contestado a la pregunta.
Entonces, ¿llamamos locos a quienes hacen lo que les da la gana?
Mira Mi agüita amarilla. A simple vista, es la canción de un tipo trastornado sobre su propio pis, pero se ha convertido en un himno colectivo. O yo no estoy tan loco o la gente está muy loca también. Estoy convencido de que la gente normal no existe. ¡Es que no somos normales!
Algunos lo ocultan mejor…
Mis anormalidades son simples espejos que lanzo a la sociedad para que vea lo majara que está.

3. EL MÚSICO

Tras el éxito de La Bola de Cristal, Carbonell se impuso un nuevo desafío: crear un antigrupo de rock. Tras tantos años siendo un payaso entre los glamourosos cantantes del Rockola, llegaba la hora de la venganza. Ya desde el nombre, Los Toreros Muertos, dejó clara su intención: subvertir los clichés de los géneros musicales. Y, para su sorpresa -o no: por algo estamos todos locos-, aquel engendro se convirtió en uno de los mayores superventas de los 80, además del grupo favorito de los lugartenientes de Pablo Escobar, que contrataron sus servicios para una de sus juergas.

El pelotazo provocó una sensación paradójica en Carbonell, defensor de causas imposibles. Una vez se compró el Desire de Bob Dylan porque llevaba una pegatina que ponía No 1 en América: le gustaba que el cantautor presumiera de no haber encabezado las listas de éxitos. Descubrió demasiado tarde que, en realidad, aquel No significaba número. «Desde pequeñito tengo una fobia tremenda al éxito: los que triunfan me parecen unos aborregaos», confiesa.

Pues tú has triunfado mucho.
Y he estado aborregao. Adoro al individuo. La masa tiene mal gusto, es influenciable, me da pavor…
¿Y no te daba pavor cuando tocabas ante 30.000 personas?
Me da tanto miedo que sólo la aguanto desde el escenario, para no estar entre la masa (ríe).

Carbonell también es feroz en su aversión a la música actual. Dice que sólo sirve para apaciguar a la juventud y aplacar cualquier rebeldía. Por eso, resucitó a los Toreros Muertos en 2007, que aún siguen dando bolos de vez en cuando. «La gente flipa», dice. «Ya están hartos de ver a cantantes que parece se han sacado dos litros de sangre antes de subir al escenario».

4. EL YONQUI

El triunfo de los Toreros tuvo su precio. A mediados de los 90, a Carbonell le dejó su mujer, madre de su primera hija, y se sumergió en su «etapa negra»:tres años en los que básicamente se alimentó de alcohol y cocaína. «Vivía como el protagonista de Leaving Las Vegas: bebía, vomitaba y seguía bebiendo… Fue una época muy dura, en la que apenas dormía. Me rondaba mucho la idea de suicidarme».

¿Qué aprendiste de aquello?
Que perdí mucho el tiempo dando vueltas como una peonza. Y que no hay que usar drogas sobre el escenario. La gente me ve y dice: «Cómo va este tío». ¡Pues es todo agua! Primero, porque las drogas merman mi capacidad. Y, sobre todo, porque si voy puesto de farlopa, siento que los aplausos, que son lo que más me gusta del mundo, en realidad se los merece el dealer. ¿Te imaginas? «Un momento, que va a salir el camello a saludar».
Sin embargo, has actuado en conciertos contra la droga…
Claro, es lógico: yo sé más de droga que la Reina Sofía, así que hablo con conocimiento de causa. Es como cuando tus padres te dicen que no te drogues… Vamos a ver, papá: tú tomas optalidón, café y vas a misa. Déjame que yo alcance el misticismo como pueda. Eso sí, a mí el arte me salvó de caer en la heroína.
¿Y eso?
Porque si no estoy trabajando, me destruyo. O con mi hija. A mí me salvan la familia y el trabajo… ¡Parezco un jesuita! ¡Parezco el Papa!

5. EL REPORTERO

Dos casualidades salvaron a Pablo Carbonell de su etapa negra. La primera: una chica joven que confió en él. La otra: un trabajo como reportero encorbatado en el nuevo programa de su amigo Wyoming. Sí: el triunfal Caiga quien Caiga, que volvió a convertirle en uno de los personajes más populares de España.

Fue allí donde protagonizó alguna de las escenas más descacharrantes de la historia de la tele. Un ejemplo: su reportaje sobre una obra del periodista Antonio Burgos. «¿Es éste su último libro?», le preguntó con tono amable. «Sí, por supuesto», respondió el columnista sevillano. Y Carbonell, tras una cruel pausa de un par de segundos, remachó el gag: «¿Me lo promete?».

«En realidad, mi pregunta era otra: si a su mujer le gustaba la morcilla de Burgos», cuenta. «Pero para hacerle esa pregunta necesitaba intimar un poco con él».

Su especialidad, sin embargo, era acosar a los políticos con preguntas surrealistas. Fue sonado su coqueteo con Esperanza Aguirre, entonces ignota ministra de Educación, a la que convirtió en una estrella mediática. ¿Se arrepiente de haber sacado el lado humano de los políticos? «Yo sólo me arrepiento de perder el tiempo y de sufrir inútilmente», dice. «Aunque es cierto que los políticos, no sé por qué, ahora se toman muy en serio a sí mismos… Cuando los franceses intentaron enseñarnos la enciclopedia, se dijeron: ‘España no puede funcionar, hay demasiados curas’. Pues ahora España no funciona porque hay demasiados políticos».

¿Qué opinas del bloqueo en la formación de Gobierno?
Estoy feliz. Al menos tengo la garantía de que no van a hacer nada que me pueda joder. Eso es una ventaja… Y ninguno de los candidatos a presidente me hace especial ilusión.

6. EL CINEASTA

Sin miedo al spoiler, Carbonell desvela cómo acaban sus memorias: el día queMaría, la futura madre de su segunda hija, va a verle a un estreno. Fue hace nueve años y, desde entonces, goza de una felicidad cuasiburguesa. «El libro cuenta mi Antiguo Testamento, cuando aún era un salvaje», dice. «Mi Nuevo Testamento me lo guardo para mí».

En estos años, Carbonell se ha metido en mil aventuras: director de la películaAtún y chocolate (2004), copropietario de la discográfica 18 Chulos, actor en la serie Hospital Central e, incluso, jurado en el programa Tú sí que vales. «Ni sé cómo acabé ahí», dice. «Me decían por el pinganillo ‘cárgate a este concursante’. Y, claro, a mí era el que más me gustaba». ¿Y qué hizo? «Pues cargármelo, porque si no igual no me pagaban… Pero al siguiente programa ya no volví».

7. EL ESCRITOR

Hace un par de años, Carbonell felicitó por Twitter al editor de Cosas que los nietos deberían saber, las exitosas memorias del cantante del grupo Eels. La respuesta fue un desafío: ¿se atrevería a escribir un libro parecido? «Antes de darme cuenta, ya me habían pagado un adelanto, así que no me ha quedado más remedio que escribir el maldito libro».

Al principio, le dio algo de yuyu, como si escribir sus memorias fuera el paso previo a la tumba. Carbonell siempre ha estado algo obsesionado con la muerte: llegó a estar tan convencido de que tenía el sida que se negaba a hacerse las pruebas.

Pero escribir el libro le ha descubierto su inmortalidad, un hallazgo que ni siquiera se ha quebrado con el fallecimiento de dos de sus mejores amigos, Javier Krahe y Pedro Reyes, cuando ya había entregado el texto. «Lo de Javier me lo esperaba, pero lo de Pedro…», dice en voz baja. «Murió de un infarto por la asfixia fiscal, estaba obsesionado con el trabajo y las deudas… Es una víctima del 21% del IVA, lo digo así de claro».

¿Crees en Dios?
Yo cojo la parte buena: la idea de que existe Dios me da confianza para hacer cosas que a otra gente le dan miedo. ¿Pero creo en él? No. Con Dios me pasa como con las chicas del póster central de Playboy: sé que no son reales, que en la vida real no existen… Pero me gusta pensar que sí.
De cero a diez, ¿como te lo has pasado en la vida?
(Calla un buen rato) ¡Un once!
Y eso que también has estado muy jodido…
Ya. Pero no me he matado. Y ahora disfruto de una inmortalidad muy placentera.

Enlace permanente a este artículo: https://www.almansadigital.org/?p=2919

Valentina, Francesca, Serena… la tragedia de Tarragona golpea a Italia

La investigación apunta a que el conductor se quedó dormido

El dolor de los supervivientes

  • EL MUNDO

14585590767502La trágica lista de víctimas del accidente de autobús en Fregenils (Tarragona) este domingo empieza a tener nombres y apellidos. Las autoridades han concluido las tareas de identificación y, a falta de confirmación oficial por parte de las autoridades judiciales, se sabe ya que todas son chicas, todas son estudiantes y todas tenían entre 19 y 25 años.

Una de las jóvenes que perdió la vida en el siniestro es la italiana Elena Maestrini, de 21 años y natural de Gavorrano (Grosseto), según han confirmado fuentes a Il Corriere della Sera y La Repubblica.

En un primer momento los medios italianos aseguraron que Maestrini había fallecido en las últimas horas, elevando a ocho la cifra de víctimas italianas y a 14 el recuento final. Esta información no ha sido confirmada hasta ahora por fuentes de la Conselleria de Interior de Cataluña.

Lo que sí ha asegurado su máximo representante, Jordi Jané, es que a las víctimas de nacionalidad italiana hay que sumar otras dos chicas de Alemania, una de Rumanía, una de Francia, una de Uzbekistán y una de Austria.

Además de Elena Maestrini, Il Corriere della Sera pone cara y nombre a otras dos víctimas que viajaban juntas: Valentina Gallo y Serena Saracino.

Valentina Gallo tenía 22 años y era natural de Florencia. Estudiaba Economía y Administración y había comenzado su beca Erasmus en Barcelona el pasado mes de enero. En un anuncio para buscar piso en la Ciudad Condal, Valentina se confesaba amante de la música, el cine, el arte, de cocinar «por y con mis amigos» y de salir de fiesta.

«Me gustaría encontrar a gente con la que compartir mis experiencias. Soy limpia, extrovertida pero respeto los espacios de los otros», escribió. También quería aprovechar al máximo su estancia en España y aprender el idioma: «si hablas español, mejor. Me gustaría mejorar mis conocimientos», aseguraba en el anuncio recogido en la página de Erasmus.

Serena Saracino (23) era estudiante de Farmacia en la Universidad de Turín. Las últimas horas han sido especialmente angustiosas para su familia, que durante gran parte de la jornada del domingo no pudo contactar con ella. La falta de noticias les hacía temer lo peor y horas después su padre Alessandro reconocía el cuerpo de la joven en el Hospital de Tarragona, tal y como recoge La Repubblica.

Las dos jóvenes habían pasado el día con una tercera chica, Annalisa Riba, que como Serena estudiaba Farmacia en Turín. Annalisa (22) ha resultado herida en el accidente, pero ayer no podía ocultar su emoción al llamar por teléfono a sus padres para tranquilizarlos: «¡estoy viva!», exclamó.

Una cuarta víctima italiana es Francesca Bonello, según han confirmado fuentes familiares a medios italianos. Francesca (24) disfrutaba de su Erasmus en Barcelona, donde cursaba estudios de Medicina.

El resto de víctimas italianas son Elisa Valent, Lucrezia Borghi y Elisa Scarascia Mugnozza.

Italia está conmocionada por la tragedia. El presidente del Gobierno, Mateo Renzi, y otras autoridades han expresado esta mañana su dolor por la pérdida de las jóvenes italianas.

«El corazón roto por las víctimas italianas y las otras jóvenes vidas destrozadas en el accidente en España», escribió Renzi en su cuenta de la red social Twitter.

La tragedia también ha golpeado a Rumanía. De allí era Verónica Matcovici, una joven de 24 años que estudiaba en la Facultad de Geografía de la Universidad Alexandru Ioan Cuza de la ciudad de Iasi. Verónica ero se había trasladado a Barcelona tras recibir una beca para continuar en la ciudad catalana su carrera universitaria.

El estado en el que han quedado los cuerpos y el hecho de que muchos de los estudiantes a bordo del autocar siniestrado no llevaran consigo la documentación personal han dificultado el trabajo de los forenses y expertos encargados de la identificación. De ahí que aún se desconozcan los nombres de parte de las víctimas y de ahí también la cautela de las autoridades, que esperan ahora a que las identidades sean confirmadas por la juez encargada de las pesquisas.

Muchos de los familiares de los jóvenes pasajeros han llegado en las últimas horas alHotel SB Corona de Tortosa, donde se ha establecido el centro de atención a los afectados. Además, el Govern ha habilitado una sala en el aeropuerto de El Prat de Barcelona para atender a los familiares que vayan llegando a la ciudad. En este punto recibirán asistencia de dos psicólogos y una patrulla de Mossos d’Esquadra y se ha puesto a su disposición vehículos para desplazarse a Tortosa.

Las seis familias de las víctimas que ya están en Tortosa han sido atendidas por psicólogos y están participando en las pruebas de ADN para la identificación judicial de las víctimas.

«Desde el Govern se ha hecho una tarea con los cuerpos consulares y embajadas para ponerse en contacto con las familias afectadas. Ésta será una mañana dura para todos. Son días difíciles para concertar vuelos. Algunas todavía no han llegado», ha detallado Jané en rueda de prensa en la Delegación del Govern en las Tierras del Ebro.

Enlace permanente a este artículo: https://www.almansadigital.org/?p=2915

Toni Nadal: «A Rafael no le consiento ni una»

480El tío Toni ya no se fía. Harto de las críticas, los rumores infundados y las medias verdades, dice haber optado por ignorar lo que se publica sobre su sobrino. De primeras nos recibe con ciertas reservas, pasando bolas desde el fondo de la pista porque teme que, si sube a la red, las periodistas -nosotras- intentaremos meterle un ‘passing shot’. Tras un intenso ‘peloteo’, Nadal -el tío- suelta el brazo. Toni ya no es el que era cuando comenzó a entrenar a aquel niño de cuatro años que apuntaba maneras, pero conserva intacta su fe en los valores sobre los que construyó a un fuera de serie del tenis mundial.

 ¿No le resulta agotador ejercer siempre el doble papel de tío-entrenador? ¿Le da descanso a alguno de estos roles de vez en cuando?

Cuando empezamos a viajar Rafael era muy pequeño y mi responsabilidad iba más allá del tenis pero según fue creciendo, nuestra relación familiar pasó a un segundo plano.
Siempre ha estado muy encima de él. ¿Es cierto que en sus comienzos le riñó por irse de mariscada con unos amigos?
Sí. Fue durante un torneo en San Juan de Luz (Francia). Rafael tenía 16 años y se fue a cenar con un amigo mío. Al día siguiente me contó que habían ido a una marisquería y le respondí que no tenía edad de eso, que lo más apropiado hubiera sido tomarse una hamburguesa. Por aquel entonces, ya había firmado contratos bastante jugosos con varias marcas deportivas y podía permitírselo. A mí me preocupaba que la fama y el dinero le trastocaran su carrera por eso intentaba que siempre actuara como un chico normal.
Es padre de tres hijos. ¿Tienen celos de su primo? ¿Cómo lleva el estar lejos de casa tanto tiempo?
Todo lo contrario. Mis hijos están encantados con su primo. Gracias a él han tenido la oportunidad de ir al US Open, Australia y Wimbledon, entre otros torneos. Es cierto que, al principio, viajaba mucho pero ahora me turno con Francis Roig y sólo estoy fuera de casa 180 días. Ha habido años en los que he pasado más tiempo fuera. Lo más importante es que tengo la suerte de hacer lo que me gusta.
¿Qué piensa que ha sido clave en el crecimiento de Rafa?
Como entrenador considero más importante forjar el carácter que perfeccionar la técnica. Creo que las personas que destacan en la vida son las que perseveran. Y eso fue precisamente lo que intenté inculcar a Rafael desde el principio. Mi objetivo fue enseñarle a que siempre estuviera dispuesto a afrontar la adversidad y a superarse.
Cuentan que, desde muy pequeño, le empujaba a salir de su zona de confort…
Cierto, siempre he intentado que Rafael diera lo mejor de sí mismo fuera cual fueran las condiciones, incluso las peores. He entrenado a mi sobrino para el tenis, pero hubiese hecho exactamente lo mismo si lo hubiera preparado para cualquier otra actividad de la vida.
¿Qué porcentaje de ‘culpa’ tiene Toni en las victorias de Rafa?
Cuando ganaba solían decir que era un buen entrenador. Ahora que no nos va tan bien, soy el culpable de que Rafa pierda (risas). Yo lo que creo es que tengo la suerte de entrenar a un buen jugador.
Suele decir que igual que se le enseña a un niño a dar el drive se le puede enseñar a tener voluntad…
Absolutamente. Siempre he sostenido que el gran problema del sistema educativo actual es que se sobrecarga a los niños con conocimientos que pueden encontrar en Google y se olvida lo fundamental: enseñarles a trabajar su inteligencia emocional y a dominar su voluntad. Eso es precisamente lo que he intentado hacer con Rafael. El ser humano es un animal de costumbres. Si le acostumbras a trabajar cada día, sin desfallecer ni poner excusas, lo acaba asumiendo como algo normal en su vida.
Pero poner excusas es lo más sencillo, ¿no?
Por supuesto. Recuerdo al padre de un chaval que jugaba con Rafael que solía excusar las derrotas de su hijo con argumentos tan peregrinos como que la noche anterior había dormido mal. Yo, en cambio, prefiero asumir los errores porque si te acostumbras a justiticar tu errores limitas tu capacidad de crecimiento personal.
Una de tus frases favoritas es «Aguanta Rafa». ¿Por qué?
Todo se entrena, la cabeza y el cuerpo. Desde muy pequeño, Rafael ha tenido una disposición mental inmejorable y ha trabajado a conciencia su capacidad de aguante. Nunca ha tirado una raqueta al suelo porque hubiera sido dejarse llevar por el desánimo.
En el tenis, los choques entre jugadores y sus entrenadores son habituales durante los partidos… ¿Cómo logran mantener la compustura?
Para mí sería vergonzoso que Rafael me pusiera en evidencia delante de la gente. No se lo aceptaría. Hace tiempo circularon unas imágenes en las que parecía que me discutía, cosa que no era cierta. Yo no consiento que Rafael me diga absolutamente nada porque entiendo que el respeto es fundamental. Yo estoy aquí para ayudar. ¡Faltaría más!
Suena idílico pero ¿nunca han tenido un enfrentamiento en público?
Sólo recuerdo una ocasión en Madrid. Rafael estaba atravesando una época complicada. El partido iba bien pero se estaba despistando y le dije «va, va, atento ahora». El tío me hizo un gesto tipo «no me digas esto ahora porque me tensas». En ese momento, me giré, cruzándome de brazos y no me volví a dirigir a él. Ya en el vestuario, alegó que estaba nervioso y que consideraba que mi reacción había sido exagerada. Le respondí que le decía lo que creía que tenía que decirle, y que si no le gustaba que se aguantara y no me pusiera caras. Probablemente me excedí pero si permites eso, después puede venir otra cosa más grave. Yo he visto a entrenadores que, después de una bronca, se han ido de la pista y han cogido un avión para volverse a casa. A mí me pasa esto y estoy avergonzado una semana.
¿Cree que Rafa será un hombre feliz cuando deje la competición?
Será una persona totalmente feliz porque le gustan muchas cosas: le gusta jugar al golf, pescar, estar con sus amigos, con su novia y con su familia. Su vida no es únicamente el tenis.
¿Qué piensa de las acusaciones de Roselyne Bachelot, exministra francesa de Deportes?
Me guardo lo que pienso de la ministra. Después de tantos años, mi capacidad de sorpresa es mínima. Se dicen muchas cosas en Internet, pero que lo haga una ministra, me llena de estupor. Resulta inverosímil que una persona que teóricamente ha defendido por encima de todo la ley hable sin aportar prueba alguna. Más que nada porque es imposible tenerlas ya que Rafael nunca ha hecho nada incorrecto, ni que perjudicara a él o a otro jugador. Estas declaraciones no sólo dañan la imagen de Bachelot sino también la de Sarkozy por haberla puesto en el cargo. Lo que ha demostrado es un gran desconocimiento del mundo del deporte y del tenis, porque decía que tanto la ATP como la ITF habían encubierto a Rafael, ignorando que estos organismos son independientes. Decir que la mayoría de los jugadores alega estar lesionado para tapar casos de dopaje es un escándalo. Si supiera lo que hemos sufrido durante estos siete meses… En fin, cada cual con su conciencia. Lo que está claro es que la suya brilla por su ausencia.
¿Cuándo volveremos a ver a Rafa en la Copa Davis?
Dependerá de la decisión de la capitana, Conchita Martínez, pero espero que esté en la próxima eliminatoria que dispute España.

Enlace permanente a este artículo: https://www.almansadigital.org/?p=2912

Al menos 14 personas mueren en un accidente de autobús en Tarragona

La Generalitat ha habilitado el teléfono 012 para información sobre el accidente y el 900400012 para llamadas desde fuera de la región

Los pasajeros eran en su mayoría estudiantes Erasmus de diversas nacionalidades que venían de las Fallas de Valencia

  • ISABEL VELLOSO
  • MARÍA HERNÁNDEZ

14584654483157Al menos 14 personas han muerto esta mañana y varias han resultado heridas de diversa consideración en el accidente de un autobús en la AP-7, ocurrido en el punto kilométrico 333, a la altura de la localidad de Freginals, cerca de Amposta (Tarragona), según han confirmado a EL MUNDO desde la Conselleria de Interior de la Generalitat de Cataluña. Varios de los heridos se encuentran en estado crítico, de acuerdo con las mismas fuentes.

El autocar pertenece a la empresa Autocares Alejandro, de Mollet del Vallés(Barcelona), y en él viajaban más de 50 pasajeros, la mayoría jóvenes estudiantes universitarios Erasmus de diversas nacionalidades, que venían de las Fallas de Valencia con destino a Barcelona, tal y como ha confirmado la compañía a este diario.

Fuentes del Servei Català de Trànsit han explicado que el autocar accidentado ha chocado frontalmente con un turismo en el que viajaban otras dos personas, que han resultado ilesas. El accidente se ha producido en torno a las 06.00 horas de la mañana. El conductor del autocar conducía en sentido norte y se cree que podría haber perdido el control del vehículo, atravesar la mediana y volcar en sentido sur, colisionando con otro turismo.

El autobús cubría la ruta junto con otros tres autocares que no han sufrido ningún incidente. Los cuatro tenían como destino la céntrica Plaza de España de la Ciudad Condal, donde también se ha habilitado un punto de atención a los afectados y a los estudiantes que viajaban en el resto de vehículos.

Hasta el lugar de los hechos se han trasladado 17 dotaciones de bomberos, siete ambulancias medicalizadas, cinco ambulancias básicas y un helicóptero, de acuerdo con los datos de Bomberos de la Generalitat. También se han desplazado hasta el lugar numerosos efectivos de los Mossos d’Esquadra. Por su parte, Protección Civil, junto con las administraciones locales de la zona, está habilitando varios espacios de atención a familiares y afectados, así como un plan de atención psicosocial.

La Generalitat activado el plan la alerta del plan de protección civil de Catalunya PROCICAT y la autovía ha quedado cortada al tráfico en sentido sur, mientras que se ha quedado abierto un carril de circulación en sentido norte.

El gobierno autonómico además ha establecido el Hotel SB Corona de Tortosa como punto de atención a las víctimas y familiares afectados por el suceso. Hasta allí se ha trasladado el conseller de Interior, Jordi Jané, que ofrecerá una rueda de prensa en los próximos minutos.

Enlace permanente a este artículo: https://www.almansadigital.org/?p=2909

Dos días y una noche con las seis rumanas humilladas en Madrid por los hinchas del PSV

«¡Ojalá todos los días se rieran así de nosotras!…Ganamos mucho dinero con esos hombres que nos cantaban», dicen ellas

Nagie es viuda y alimenta a ocho hijos. Sevilan fue vendida por sus padres, en Rumanía, a mafiosos por 80 euros…

Duermen bajo unos puentes con cartones que esconden de día en alcantarillas

14584415028968El vídeo les hace gracia. Por un momento se sienten menos invisibles. Se señalan unas a otras. Cuchichean entre risas. Piden por favor que se lo enseñe otra vez. Son ajenas a todo el revuelo que se ha formado.

-En España, incluso el presidente del Gobierno ha dicho que la escena es repugnante. Dicen que los aficionados os humillaron al trataros así, tirando las monedas al suelo con desprecio. Siento que hayáis tenido que pasar por eso.

-Ojalá nos humillen así todos los días. Ganamos más dinero en ese tiempo que en todo el mes. A la gente le puede parecer vergonzoso, pero con lo que me he sacado, mis ocho hijos lo van a agradecer.

Nagie es la única de las seis mujeres que habla bien español. También es la más veterana del grupo con 40 años. Y el pasado martes fue la más «rica». Recogió 40 eurostirándose al suelo a por los céntimos que lanzaban los hinchas del PSV. A su lado estaba Savian, 19 años, la más joven, que hizo unas flexiones ante las risas de los holandeses y se ganó un billete de cinco euros que quemaron en su cara. Lleva tres años mendigando en las calles de Madrid. Enseña una moneda de 50 céntimos que tiene por detrás la silueta de la reina Beatriz de Holanda. Las otras mujeres rumanas de etnia gitana se ríen a carcajadas. «Sevian nos empujaba para coger más dinero», gritan. Ellas son Jumaje (20), Katrerine (30), Maria (30) y Fatma (25). Juntamos a las seis protagonistas del bochornoso vídeo que ha dado la vuelta al mundo. Y pasamos un par de días con ellas. Sus historias humanas van mucho más allá del incidente.

Nagie lo repite varias veces: «Ojalá nos humillen así todos los días». La frase chirría en el oído. Pero también es más fácil de entender si nos ponemos en el lugar de una madre viuda, con ocho hijos, que pide limosna en la calle. Y no es libre. Llegó a España hace cinco años engañada. Malvivía del campo al sudeste de Rumanía, en Medgidia, una ciudad construida hace dos siglos para dar cabida a los refugiados de la guerra de Crimea. Allí, un vecino suyo contactó con ella y con otra de nuestras protagonistas, Maria. Les ofreció un billete de bus para venir a Madrid y tener un buen trabajo. Al llegar, varios hombres les dijeron que tenían una deuda con ellos y que no podían volver. «Nos dieron a elegir cómo queríamos estar pidiendo dinero. En los semáforos con una muleta o repartidas por las esquinas», cuentan. Ambas tienen que repartir su «botín» de cada día con sus compatriotas rumanos. Algunos funcionan como una mafia. Ya ni pedir limosna les sale gratis.

Su día empieza a las siete y media de la mañana. Han pasado sólo unas horas desde que los hinchas burlones del equipo de fútbol de Eindhoven cogieran un avión de regreso a los Países Bajos. La resaca del partido que ganó el Atlético en los penaltis ocupa las portadas de los periódicos deportivos. Pero la noticia más comentada es la humillaciónde las mendigas en la plaza Mayor. Un grupo de aficionados sentados en una terraza bebiendo cerveza les tiran monedas al suelo, les hacen bailar y hacer flexiones al ritmo de varios olés y gritándoles que «no crucen la frontera».

El trabajo de pedir

Los telediarios abren con las imágenes. Lo vemos desayunando en uno de los bares frente a la plaza de España mientras esperamos a que aparezcan las protagonistas. La primera en llegar es Fatma, acompañada de varios hombres. Una furgoneta los deja en la plaza. Vienen del Gallinero, un campamento chabolista a 12 kilómetros del centro de Madrid, donde residen más de 400 personas de origen rumano.

Pocos minutos después aparecen las demás chicas junto a una decena de hombres y mujeres. Viven entre cartones y colchones rotos en el puente que está en la Cuesta de San Vicente. Se lavan la cara en la fuente de Plaza España y sacan de una alcantarilla varios carteles de cartón que guardan escondidos. Todos se reúnen frente a la boca del metro. Un par de hombres entrega a los demás mendigos varios cafés en vasos de plástico. Otro tipo, que parece el jefe del grupo, les da indicaciones. Una hora y media después, nuestras seis mujeres empiezan a subir, a paso lento, por Gran Vía. «A ver si hoy es tan buen día como ayer. Ganamos mucho dinero con esos hombres que nos cantaban», afirma Nagie. No se saca más de cinco euros normalmente. El día del partido recogió del suelo 40. A su lado, Maria nos dice que ganó casi el mismo dinero. Tuvo que hacer también unas flexiones. «Aquí no hay trabajo para nosotras. La calle es lo que tenemos. Debo mandar todos los meses dinero a Rumanía para mis tres hijos», cuenta Maria, que viste una sudadera negra de la Selección Española.

Ya en la plaza Mayor, las mujeres pasan la mañana al sol, vaso de plástico en mano, acercándose a los turistas para pedirles dinero. Un grupo de chavales de un instituto francés les echa unas monedas a ellas y al Spiderman gordo que siempre está en la plaza. También hay una pandilla de abuelos republicanos que sujetan unos carteles pidiendo que se cambie el nombre de las calles franquistas de Madrid. Uno de ellos reconoce a las mendigas humilladas. «Pobrecillas, las trataron como animales», exclama.

Varias asociaciones, políticos e instituciones condenaron el lamentable episodio, que ha llegado hasta el Parlamento de los Países Bajos. La dirección del equipo holandés tomará medidas contra estos aficionados por el trato degradante a las mendigas. Al igual que la Fiscalía Provincial de Madrid, que abrirá una investigación. «Es un atentado contra la dignidad humana y una muestra evidente de discriminación, aporofobia y machismo que vulnera el derecho a la dignidad», dice el comunicado de la Fundación Secretariado Gitano, entidad social que trabaja desde hace más de 30 años por la inclusión de esta población en España. Denuncian el comportamiento de los agentes de Policía que desalojaron a las mendigas de la plaza y no hicieron ningún reproche a los aficionados. «Son los que en mayor medida sufren el rechazo y la discriminación de manera generalizada por su etnia y la condición de inmigrantes. Las precarias condiciones de los asentamientos han influido en la mala imagen del colectivo».

Extorsionadas

Se calcula que en España malviven de la mendicidad 50.000 rumanos de etnia gitana. «Hay redes de delincuencia organizadas desde Rumanía que trafican con ciudadanos del Este, a los que tienen trabajando en condiciones de esclavitud. Casi todos los que están mendigando en las calles son extorsionados», explica Miguel Fonda, presidente de laFederación de Asociaciones de Emigrantes Rumanos en España (Fedrom).

Sevilan tiene ahora 19 años. Hace tres vivía con sus padres en Tandarei, una localidad rural al sur de Rumanía. Ella es parte de la mano de obra barata de estas mafias de la mendicidad. Los cabecillas suelen buscar a familias muy pobres con menores o discapacitados. Ofrecen a los padres 80 euros para que dejen a sus hijas venir a España, asegurándoles un ficticio trabajo digno. Les compran un billete de bus y después de 48 horas de viaje las ponen en la calle a pedir dinero. «Vivo con mi tío, que vende pañuelos. Y con mi prima, que cuando llegó le dieron una muleta para estar en los semáforos», nos intenta explicar Sevian gesticulando con las manos.

Hablamos con Susana Quiroga, de la ONG Accem, que coordina desde 1999 el programa de acogida de personas sin hogar. El año pasado atendieron a 163 familias; muchas de ellas eran rumanos de etnia gitana. «En el tema de las mafias hemos tenido algún caso aislado. Estas personas normalmente emigran en familia», cuenta. «Del incidente con los aficionados nos ha llamado mucho la atención la actitud de las chicas. La situación es humillante, pero ellas no tienen ese sentimiento».

Es mediodía y las seis rumanas se toman un descanso. Se sientan en el escalón de piedra de una de las farolas de la plaza, justo detrás de la terraza del bar donde el martes, a esa misma hora, los hinchas bebían cerveza. «Que vuelvan otra vez a darnos más monedas», gritan las mujeres.

Su jornada de mendicidad termina a las seis de la tarde. Fatma, que llegó desde Medgidia hace cinco años acompañada de toda su familia, se da un buen paseo hasta la calle Goya, donde la recoge una furgoneta para llevarla de vuelta a su poblado. Las otras cinco bajan andando hasta su casa de cartón debajo del puente de Plaza España. Allí las esperan varios hombres y otras mujeres. Se ponen a discutir. Uno de ellos, el que por la mañana les daba las instrucciones, se acerca de forma violenta a Sevian y le empieza a quitar las monedas que tenía guardadas en el bolsillo de su chaqueta rosa. Otro hombre le escupe en el pie. Viene la Policía.

-Hay algunas ONG que os podrían alojar en centros para personas sin hogar. Tendríais un plato caliente y no pasaríais frío.

-Aquí estamos mejor que en nuestro país. Nos ayudamos entre nosotros, somos una familia.

El discurso contradictorio de Nagie viene inducido por el hombre que tiene al lado, que nos pide 20 euros para seguir la conversación. La cena interrumpe el tenso momento. El menú de esta noche consiste en pan con atún y una lata de sardinas. El mismo que el de ayer y que el de mañana.

La noche termina jugando a los dados. Gana el que acierte el número que sale. Nagie se lleva cinco tiradas y el premio es un cigarro que se fuma acostada en un colchón en plena acera con la cabeza pegada a los coches que no paran de pasar. Los aficionados del PSV ya no volverán hasta que a sus jugadores les vuelva a tocar enfrentarse a algún equipo madrileño. Ellas, las mendigas protagonistas de la semana, vuelven a ser invisibles.

Enlace permanente a este artículo: https://www.almansadigital.org/?p=2906

Highslide for Wordpress Plugin