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Los barones del PSOE exigirán ratificar el pacto que negocie Pedro Sánchez

El líder socialista se reúne esta semana con los críticos para buscar un consenso

Iglesias urge al PSOE a ‘trabajar’ ya en un Gobierno conjunto y Sánchez insiste en ‘esperar al mandato del Rey’

14536897610669Las espadas siguen en alto en el PSOE. La aparente paz que se respira algunos días no es tal. Son sólo treguas pasajeras en la guerra abierta entre el secretario general, Pedro Sánchez, y sus principales barones, encabezados por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

La desconfianza de seis de los siete presidentes socialistas hacia el secretario general es total. Y el complejo tiempo de negociación con Podemos y conCiudadanos que se avecina puede convertirse en una pesadilla para Sánchez, ya que sus dirigentes no quieren dejarle las manos libres. El líder del PSOE pretende llegar a una posición de consenso con ellos antes del Comité Federal del sábado 30 de enero.

Los barones quieren marcar y controlar el complejo camino que le espera al secretario general del PSOE. Aunque aún no hay una postura común cerrada, varios dirigentes territoriales de mucho peso van a reclamar que del Comité Federal del próximo sábado salga, como mínimo, el compromiso de que si Pedro Sánchez alcanza un acuerdo de investidura o de Gobierno este pacto deba después ser ratificado en un plazo breve por un Comité Federal convocado para ello. Este cónclave podría celebrarse 48 horas después del acuerdo.

De esta forma, los dirigentes territoriales se asegurarían el control sobre lo pactado. El acuerdo siempre tendrá que estar negro sobre blanco en un documento que se haría público. «Lo que no vamos a permitir es la política de hechos consumados a la que nos tiene acostumbrados y que Sánchez haga lo que quiera», aseguró ayer rotundo a EL MUNDO un destacado barón regional.

Algunos de los presidentes más enfrentados al líder socialista son partidarios incluso de aprobar una nueva resolución más dura que la del mes de diciembre, que ate más las manos al secretario general y haga casi imposible un acuerdo para que alcance el Gobierno de España. Sin embargo, fuentes socialistas consideran que esta posición de máximos no terminará planteándose. La militancia no entendería que el PSOE bloqueara cualquier posibilidad de acuerdo, aunque las cuentas no salgan, al tener los socialistas sólo 89 diputados.

Antes del Comité Federal, Pedro Sánchez intentará acordar una posición de consenso de cara al cónclave. Por eso, ha desplazado de su agenda de esta semana varios actos de partido para reunirse personalmente con algunos de sus principales barones autonómicos, como ha podido saber este diario. Su objetivo es analizar con ellos la nueva situación creada tras la renuncia de Mariano Rajoy y«la encerrona» de Podemos, con su oferta de pacto de Gobierno, que ha sidovista por todo el PSOE como «un chantaje».

En estas conversaciones, varios dirigentes le plantearán que el Comité Federal debería ratificar los acuerdos. Le pedirán que haga suyo ese compromiso «de forma nítida y clara» o que incluso se plasme en una resolución.

De Pedro Sánchez desconfían ya abiertamente los presidentes de Andalucía,Susana Díaz; Comunidad Valenciana, Ximo Puig; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Aragón, Javier Lambán; Extremadura, Guillermo Fernández Vara, yAsturias, Javier Fernández.

Con el secretario general y su núcleo más próximo están la jefa del Ejecutivo deBaleares, Francina Armengol, y la mayoría del resto de los barones que no gobiernan, entre los que destacan Miquel Iceta (PSC) o Idoia Mendia (PSE). Los demás tienen un poder y una influencia limitados.

Los últimos acontecimientos -la cesión de senadores a los independentistas catalanes y la oferta de Podemos de un Gobierno de coalición- sólo han conseguido que la desconfianza crezca ante una posible negociación con Pablo Iglesias.

Pedro Sánchez y todo el partido saben que se acercan semanas muy difíciles en las que estará en juego no sólo la constitución de un Gobierno presidido por el PSOE, sino el futuro a corto y medio plazo de esta formación. Si finalmente no hubiera Ejecutivo y se repitieran las elecciones, los socialistas saben que el partido corre el serio peligro de ser adelantado por Podemos.

Casi todo el PSOE desconfía de la formación morada. La actitud de Pablo Iglesias del viernes -cuando hizo pública su oferta a Sánchez para que presida un Gobierno de coalición con él de vicepresidente- ha sido tildada como «chulesca» o «un grave insulto al PSOE y a sus votantes». «Fue más una provocación o un intento de humillación que una mano tendida», denuncian desde la Ejecutiva Federal.

La respuesta inicial de Sánchez, que evitó criticar a Iglesias, fue considerada «muy tibia» y «floja» por la inmensa mayoría del partido, desde la dirección del PSOE de Andalucía a dirigentes socialistas históricos. Sin embargo, estas críticas se han mantenido en privado. Por eso, Ferraz corrigió su primera reacción el sábado con un comunicado en el que ya calificó la actitud de Podemos como «un chantaje» [lea la nota en PDF].

Sánchez se muestra fuerte, seguro y sereno, según explican en su entorno. Sin embargo, fuentes próximas a él apuntan a que sabe que esta puede ser «su última oportunidad para seguir al frente del PSOE».

Este fin de semana, el secretario general ha estado buscando el consejo de los más veteranos del partido. El sábado por la tarde tuvo una larga reunión conAlfredo Pérez Rubalcaba, como pudo saber este periódico. También se han reunido con Sánchez estos días ex ministros como Jordi Sevilla, Valeriano Gómezo el que fue jefe de Gabinete de Presidencia tanto con Felipe González como conJosé Luis Rodríguez Zapatero, José Enrique Serrano.

La mayoría de los dirigentes consultados considera que un Gobierno de coalición con Podemos sería «un suicidio». Lo piensan tanto algunos miembros de la Ejecutiva Federal próximos a Sánchez como los barones más críticos. Muchos no consideran fiable a Pablo Iglesias. Además, dos presidentes regionales dijeron a este diario que en el caso de que Pablo Iglesias fuera el vicepresidente de Pedro Sánchez, como pretende, el líder de Podemos podría terminar con el secretario general. «Se lo comería», dicen.

Casi todos los consultados prefieren como posible socio a Ciudadanos, aunque el partido de Albert Rivera cuenta con sólo 40 diputados frente a los 65 de Pablo Iglesias. Por eso, la primera respuesta de Sánchez tras el anuncio de Rajoy de aplazar su investidura fue llamar a Albert Rivera, dejando a Pablo Iglesias para una conversación posterior.

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Laguía: «La mayoría de las productividades son legales»

luis bonete | almansa

Valentín Laguía copiaEl delegado de municipal de Personal recordó al PSOE que «el problema del abono de las productividades se solucionará con una RPT que se realizará a corto plazo».

Valentín Laguía, concejal delegado del departamento de Personal, compareció ante los medios de comunicación para dar respuesta a las manifestaciones realizadas por el grupo municipal socialista en las que acusaban al alcalde «prevaricar». Laguía aseguró en declaraciones a los medios que «por mucho que se empeñe el PSOE y su concejal Adrián Megías en tratar de desacreditar al alcalde, los ciudadanos deben de estar muy tranquilos, ya que el 99 por ciento de las productividades abonadas en el año 2015 están avaladas de forma positiva por los informes de los técnicos, que son los responsables de las áreas», dijo.

Laguía invitó al PSOE a repasar «una por una» todas las productividades pagadas y observen que se corresponden con los trabajos que han sido necesario acometer».

reparos. Valentín Laguía explicó que los «reparos de legalidad» de los técnicos municipales (secretaría e intervención) a las productividades «lo son porque en ocasiones las productividades exceden el máximo de horas por trabajador, según la nómina, o porque, algunas veces, son periódicas en el tiempo; por estas razones -señaló Laguía- son «reparadas» por los técnicos de forma histórica desde los años en los que gobernaba el Partido Socialista con Callado como alcalde».

Lagía recordó que «el PSOE, durante los años que estuvo en el gobierno municipal, aprobó productividades igual que las actuales, sencillamente porque era necesario hacerlo», señaló.

analisis. Recordó el edil responsable de Personal que «en estos momento hay una empresa realizando un trabajo de análisis de la plantilla de y de los puestos de trabajo que nos van a orientar de forma definitiva para poder abordar, de una vez, una RPT definitiva que el Ayuntamiento de Almansa ha obviado realizar en los últimos 20 años, y que es del todo imprescindible para que de una vez este tipo de abonos dejen de hacerse».

Laguía informó que el equipo de Gobierno actual ha decidido afrontar de forma definitiva el problema del pago de las productividades. «Una vez tengamos el informe de la auditoría que se está realizando, vamos a reunirnos con agentes sociales, y con los grupos políticos para aprobar la definitiva relación de puestos detrabajo del Ayuntamiento de Almansa», dijo.

(fuente: La Tribuna de Albacete)

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Pablo Iglesias se arroga el «paso atrás» de Rajoy: «Hemos conseguido que el candidato del PP se retire»

14534975964215Pablo Iglesias sonreía con picardía nada más entrar en la sala de prensa delCongreso, consciente de que tenía preparado un golpe de efecto que sacudiría la agenda política. Colocó a sus más estrechos colaboradores a su alrededor, arropándole, y en sus primeras palabras soltó la sorpresa que tenía dentro. El líder de Podemos lanzó una oferta formal a Pedro Sánchez para conformar un Gobierno tripartito -una coalición entre el partido morado, el PSOE e Izquierda Unida– en el que el secretario general socialista sería el presidente y él, como socio preferencial, el vicepresidente.

De un plumazo, y en una maniobra audaz que comunicó primero al Rey, Iglesias colocó ayer toda la presión sobre el PSOE, al convertir una oferta pública y retransmitida en directo por los medios en un órdago para pactar una alternativa al PP con unas condiciones muy concretas y unas líneas específicas.

Antes de cualquier tipo de negociación bilateral con el PSOE o cualquier contacto informal para tender puentes, Iglesias se adelantó a Sánchez -que estaba a la espera de que Rajoy se estrellara primero en la investidura– y le impuso una serie de proposiciones de partida para esta coalición. Para empezar, su puesto de vicepresidente. Para continuar, la exigencia de que ese Gobierno mixto reparta de manera «proporcional» ministerios a PSOE, Podemos e IU. Y, para terminar, los ejes programáticos de esa alianza por «el cambio».

De manera unilateral, Iglesias eligió a Sánchez hasta los socios de la coalición -no sólo propuso a Podemos sino que incluyó a IU-, y de manera indirecta presentó al líder socialista a quienes serían sus nuevos ministros. Porque toda la gente que había puesto a su alrededor eran, en efecto, los nombres que pone encima de la mesa para formar parte del Consejo de Ministros: Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Irene Montero, Xavier Domènech, la juez Victoria Rosell y el generalJulio Rodríguez.

Repartidas las cuotas de poder -acorde a que les «separan» sólo 300.000 votos- y esbozados los ejes programáticos, Iglesias trasladó toda la presión a Sánchez, al que advirtió: «No caben medias tintas. O se está con el cambio o con el inmovilismo. Hemos venido a gobernar». Con este órdago, si fracasaran las negociaciones y los españoles tuvieran que volver a votar en unas nuevas elecciones, Podemos se asegura tener el relato para culpabilizar al PSOE: si no hay Gobierno «del cambio» es porque los socialistas lo rechazaron.

Por otro lado, la oferta de Iglesias tiene consecuencias imprevisibles dentro del PSOE, ya que sacude sus equilibrios internos. No es un secreto el rechazo que Podemos provoca entre algunos pesos pesados de la formación. Y más con Iglesias de vicepresidente del Gobierno y con un Consejo de Ministros plagado de sus colaboradores.

Un cisma interno en contra de esa alianza, o bien el surgimiento de un movimiento de apoyo al PP como un mal menor, se convertiría en el gran empujón electoral de Podemos para el futuro cercano.

«Tiene la oportunidad de decir si manda él», señaló Iglesias acerca del poder interno de Sánchez o -continuó- si lo hacen los barones socialistas u otras figuras del partido, como Felipe González. El líder de Podemos insistió en que «hay dos PSOE»: uno «sensato» con el que quiere hacer cambios y «unas elites» que dominan la formación y que apuestan por «ponerse de acuerdo con el PP y Ciudadanos».

«Le vamos a dar la oportunidad. La pelota está en su tejado», afirmó Iglesias, que ante el paso atrás de Mariano Rajoy aumentó su presión a Sánchez: «El cambio es posible. Espero que el PSOE esté a la altura».

El líder de Podemos se cuidó mucho ayer en hacer la oferta a Sánchez sin proclamar «líneas rojas» como el referéndum de Cataluña, cuya exigencia se ha ido diluyendo con el paso de las semanas. Seguramente, consciente de que es un escollo insalvable con el PSOE por la postura oficial mantenida por el Comité Federal. «Se tiene que poner en discusión con otras», dijo, «queremos escuchar [las propuestas] de nuestros eventuales socios».

Como principal novedad, Iglesias propuso crear una suerte de ministerio de la plurinacionalidad para buscar una solución al encaje territorial de Cataluña. Y propuso a Xavier Domènech, de En Comú Podem, para liderarlo. A la vez, insinuó que podría asumir otras áreas prioritarias como Política Social, Defensa, Economía o Interior.

«Ser presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer», dijo Iglesias sobre Sánchez, en un dardo envenenado.

Más tarde, se felicitó por el éxito de su propuesta. «Hemos conseguido que el candidato del PP se retire».

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Rajoy evita la investidura tras el órdago de Iglesias a Sánchez

Rajoy, como en 2003, como en 2008

Pablo Iglesias pide la vicepresidencia en un Gobierno de coalición con el PSOE e IU

480Hacer de la necesidad virtud y agarrarse a un clavo ardiendo aunque las manos queden en carne viva. Mariano Rajoy encontró ayer, a media mañana, el burladero tras el que protegerse, al menos de momento, para no tener que pasar por el calvario de una investidura fallida. Y se lo puso en bandeja el más inesperado:Pablo Iglesias.

El líder de Podemos se descolgó, tras su cita con el Rey, con una propuesta dirigida a Pedro Sánchez que incluía no sólo la oferta de respaldar su aspiración a instalarse en La Moncloa, sino que, además, perfilaba un equipo de gobierno con carteras distribuidas. A la vista de este órdago, Rajoy decidió dar un paso atrás, forzar un tiempo de espera y confiar en que la esbozada alianza PodemosPSOE haga aguas.

La luz se abrió ante los ojos de Rajoy, que vio cómo se le servía la oportunidad de justificar la decisión de dar un paso atrás ante la inminente decisión del Rey de proponerle a él como primer candidato a la Presidencia. Dicho y hecho.

A las 19.50 horas, la Casa del Rey emitía un comunicado de cuatro puntos en el que daba cuenta de la conclusión de la ronda de consultas de Felipe VI con los líderes políticos [lea la nota en PDF].

La sorpresa llegaba en el segundo apartado: «En el transcurso de la última consulta, celebrada con Don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno. Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a Su Majestad el Rey dicho ofrecimiento, que ha declinado».

Felipe VI mantendrá una audiencia el lunes con el presidente del Congreso de los Diputados, el socialista Patxi López, y el miércoles emprenderá una segunda ronda de consultas con los representantes de las fuerzas parlamentarias, para proceder a su término a hacer una nueva propuesta de aspirante a presidente.

Y aunque nada está escrito y podría haber aún más sorpresas, de esa segunda ronda debería salir el nombre de Pedro Sánchez como candidato a la investidura.

De esta forma, la presión se agudiza ahora sobre el líder socialista, que debe jugar sus cartas aceleradamente en el estrecho margen que le permiten en su propio partido y las condiciones y demandas que le planteen Iglesias y sus confluencias territoriales. A ello debe añadir además contactos con otros jugadores para ganarse su apoyo o, en su defecto, al menos el compromiso de no oponerse a su aspiración.

Rajoy compareció pasadas las 20.00 horas en La Moncloa para explicar personalmente su sorpresiva decisión, más inopinada aún si se tiene en cuenta que justo 24 horas antes él mismo había confirmado con toda firmeza su voluntad de presentarse a la investidura.

El todavía presidente en funciones aclaró, en primer lugar, que no retira su aspiración pero que considera que «hoy» no tiene una mayoría suficiente de votos que respalde su candidatura. Más aún, él mismo admitió que son muchos más los que apostarían en su contra. «Tengo acreditados 180 noes», llegó a decir.

No obstante, insistió, «seguiré trabajando y volveré a presentarme porque yo planteo una opción, una propuesta». Y volvió a desgranarla: una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, bien para formar un Gobierno tripartito, bien para constituir uno en solitario pero con el respaldo parlamentario de las otras dos fuerzas.

Ésa es, en su opinión, la fórmula que más y mejor defendería los intereses de los españoles, porque estaría sustentada sobre tres fuerzas que «comparten lo esencial».

«Mantengo mi candidatura», insistió una vez más, «pero aún no tengo los apoyos». Y a la vista de la propuesta de acuerdo entre Podemos y PSOE que por la mañana había lanzado Pablo Iglesias, constató que la misma «tendría muchos más votos» que su plan. «Y sobre todo», recalcó, «muchos menos en contra».

Ante este escenario, Rajoy cree que «no tiene sentido» seguir preparando un debate de investidura que habría sido a todas luces un martirio sin ninguna recompensa, «mientras otros están negociando ya el reparto del Gobierno». Estas palabras fueron las únicas que pronunció para referirse directamente a la propuesta de alianza de Podemos al PSOE. Cuando se le insistió para que la analizara con mayor profundidad, rehusó. «No entraré en la oferta de Iglesias ni en las sonrisas del destino», dijo, aludiendo al comentario del líder de Podemos sobre el agradecimiento que le debía dispensar Sánchez por hacerle una propuesta capaz de abrirle las puertas de La Moncloa.

Para el presidente en funciones, que tomó su decisión tras consultar con los más altos cargos del PP y sus más próximos colaboradores –María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, entre ellos-, se justificó ante los periodistas afirmando que, para él, el debate de investidura de un presidente del Gobierno de España «no es un mero trámite». Y por tanto, dijo no estar dispuesto a cumplirlo con el único propósito de que «empiece a correr el reloj».

«Debemos dar tiempo y margen al diálogo», añadió, «hoy no tengo los votos y no tiene sentido ir así a la investidura». Con estas palabras sugería su voluntad de iniciar por fin, a partir de ahora, una actividad clara en defensa de su propuesta para la gobernabilidad del país. Él mismo afirmó que intentará «hablar con todos los dirigentes políticos», si bien puso en duda que el líder socialista, Pedro Sánchez, acceda a los contactos. Rajoy sigue despechado por el no rotundo que le dedicó el secretario general del PSOE en la reunión que mantuvieron ambos en La Moncloa tras el 20-D. El líder popular le reprocha que, en aquella cita, el socialista ni siquiera quiso escucharle.

Ahora tampoco alberga muchas esperanzas. De hecho, anoche reconoció que será difícil porque Sánchez estará sumido en «otras negociaciones». «Tiene todo el derecho», dijo, «pero yo también lo tengo a seguir presentando una alternativa».

Rajoy, en cualquier caso, interpreta que con los últimos movimientos de las fuerzas parlamentarias rivales se está demostrando una cierta tendencia a «no respetar la voluntad de la gente». Él sigue enarbolando los siete millones de votos que le dieron el triunfo en las urnas. «Aquí ha habido un partido que ha ganado con claridad y la voluntad de la gente no se puede poner en tela de juicio», denunció.

En el imaginario de Mariano Rajoy parece no tener cabida el argumento profusamente utilizado por el resto de fuerzas políticas de que, a costa de sumar opciones variopintas, puede concluirse que son más los que desean un cambio.

El líder del PP pretende, así lo afirmó anoche, desgranar su propuesta, que permitiría, en su opinión, seguir creciendo y creando empleo; consolidar el modelo de bienestar; garantizar la unidad y la soberanía nacional; combatir sin fisuras el terrorismo yihadista, y trasladar un mensaje de estabilidad y seguridad tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

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El equipo de Gobierno «rompe relaciones» con el grupo socialista

l.b. / almansa

Laguía y TaniaTania Andicoberry, portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almansa anunció ayer que el equipo de Gobierno rompe, a partir de este momento, toda clase de «relación institucional» con el grupo municipal socialista como consecuencia de la «desvergüenza» y la «deslealtad» con que este grupo político ha actuado en la reciente visita del director provincial de Educación a Almansa. Andicoberry remarcó que «el PSOE ha faltado al respeto al equipo de Gobierno y miles de ciudadanos, dijo. La edil del Partido Popular insistió en este asunto señalando que «nos parece una auténtica desvergüenza que el grupo municipal socialista se permita el convocar a los medios de comunicación ante una visita de un cargo regional, y todo ello sin que el Ayuntamiento de Almansa haya tenido conocimiento alguno de esta visita», subrayó.

Para Andicoberry «esta forma de actuar carece de ética y de la lealtad política a la que ya nos ha acostumbrado el PSOE».

Añadió Andicoberry que «si no llegan disculpas, consideramos rotas las relaciones oficiales», dijo.

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