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PROTOCOLO Y REYES

«Llegadas las Fiestas Patronales, a los almanseños se nos llena la boca hasta el hartazgo de una palabra a la que se le otorga un uso comodón, impreciso e inexacto. Es sorprendente, como mínimo, que ningún responsable, ni de la órbita festera, y tampoco del sector municipal de la Cultura, haya alzado en alguna ocasión la voz para manifestar de forma clara y contundente que, un conjunto de personas representativas bien de grupos festeros, comparsas, reinas, abanderadas…, etc, etc, jamás podrán ser conocidos…«.

Luis BONETE. Periodista. Copyright-2024

Llegadas las Fiestas Patronales, a los almanseños se nos llena la boca hasta el hartazgo de una palabra a la que se le otorga un uso comodón, impreciso e inexacto. Es sorprendente, como mínimo, que ningún responsable, ni de la órbita festera, y tampoco del sector municipal de la Cultura, haya alzado en alguna ocasión la voz para manifestar de forma clara y contundente que, un conjunto de personas representativas bien de grupos festeros, comparsas, reinas, abanderadas…, etc, etc, jamás podrán ser conocidos y mucho menos considerados y/o definidos como “el protocolo”, y me baso en esta afirmación haciéndome eco y dando hoy a conocer ( ya veremos si de algo sirve) que la definición de “PROTOCOLO”que la RAE, en su acepción número tres hace , es la siguiente: Protocolo: 3. m. “Conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes”.

Es evidente pues, que a la luz de la definición que la Real Academia de la Lengua hace de PROTOCOLO, en Almansa, que presumimos, y con orgullo, de la denominación de Internacionales de las Fiestas Patronales, caemos en el error manifiesto una y otra vez de confundir, creo que a sabiendas la mayoría, lo que son reglas a usar para mejor y mayor lucimiento de ceremonias y actos oficiales, con una colectividad de personas que representan a otras. Es incuestionable pues, que a la luz de lo que confirmado está, día sí y día también, se debería de adoptar alguna decisión por parte de quien corresponda en aras de tantear, poco a poco, alcanzar la excelencia de las Fiestas de Almansa.

Pero no acaba aquí la manipulación de los conceptos festeros que, sin culpa alguna, tenemos que soportar en estos tiempos, tras el aterrizaje en el universo festero local de jóvenes que, a fuerza de pretender aparentar ser modernos, actuales, o contemporáneos, se dedican sin pudor alguno a patear de forma inmisericorde algunas de las tradiciones más arraigadas en las Fiestas de Almansa. Y me refiero ahora a la figura festera del acompañante de la Reina de las Fiestas, y de quienes hacen la misma labor con su Corte de Honor. Me parece feo, injusto y más adjetivos que no incluyo, que haya quienes de forma completamente impune y por lo tanto sin ser corregidos, denominen de forma pública REY a quien solamente, y no es poco, acompaña hora tras hora y día tras día a los cargos festeros femeninos más importantes y representativos de Almansa.

Lo que hoy parece no tener importancia (llamar REY al acompañante de una Reina), incluso puede resultar gracioso y motivo de esbozo de una sonrisa por lo ocurrente, mañana, si quien debe no pone de su parte, puede derivar en una surrealista y normalizada denominación que contaminaría de forma relevante las Fiestas Patronales de Almansa.

Posiblemente nadie me vaya a hacer caso…, o sí. Quizás alguien sienta que se le remueve algo por dentro y adopte medidas…, o no. En todo caso, no pretendo pontificar, ni hacerme el listo, tan solo aportar un punto de vista crítico constructivo para que nuestras Fiestas sigan creciendo, y algún día, merezcan, de verdad y no de boquilla, ser consideradas internacionales.

 

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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (III)

La Esperanza y los Amigos del Marqués

«…, llegados aquí, y quizás fruto de la expectación, la forma de procesionar del Calvario venia singularizando la Semana Santa almanseña. Así que en la lógica más aplastante se puede entender que el Capataz, por entonces Fermín Cerdán, apostase por entronar a la imagen de María Santísima de la Esperanza, en unas andas similares a las que se usaban para el titular. Es decir, madera y traveseros que un grupo suficiente de hombres pudieran portar. Desconozco, el favor o la contrariedad de la Junta de Gobierno de la Hermandad en esas fechas. Pero ¿dónde se encuentra la peculiar manera de procesionar del Calvario, para que la hiciese tan singular?…»

Por Javier MACIÁ

Copyright-2024

Llegados aquí, y quizás fruto de la expectación, la forma de procesionar del Calvario venia singularizando la Semana Santa almanseña. Así que en la lógica más aplastante se puede entender que el Capataz, por entonces Fermín Cerdán, apostase por entronar a la imagen de María Santísima de la Esperanza, en unas andas similares a las que se usaban para el titular. Es decir, madera y traveseros que un grupo suficiente de hombres pudieran portar. Desconozco, el favor o la contrariedad de la Junta de Gobierno de la Hermandad en esas fechas. Pero ¿dónde se encuentra la peculiar manera de procesionar del Calvario, para que la hiciese tan singular?.

Debemos fijarnos en los ritos y tradiciones de la hermandad madre. Es decir, en la reglamentación de la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, de la ciudad de Huelva. Más concretamente en la forma de andar de los costaleros andaluces, para ser más didáctico y exacto.

La Semana Santa andaluza, especialmente en Sevilla, Huelva y Cádiz, se mueve con los pies del costalero, El costalero carga el trono en la trabajadera que descansa sobre la testuz (nuca, cuello, sobre los dos hombros a la vez) disponiéndose los varales de forma horizontal o perpendicularmente al sentido de la marcha del trono. Y dependiendo del tamaño del paso y de su peso, así se configura la cuadrilla de hombres que son colocados determinantemente según las conocidísimas “igualas”. Todo esto previo al día grande de procesión se puede observar sin las telas que engalanan el trono y cubre maderas y patas, con lo que se puede apreciar indefectiblemente el transcurrir de los pies de los hombres, que apenas se levantan del suelo, pareciendo ser arrastrados y provocando en el oído del admirador la presencia del dolor y el sufrimiento de la carga.

PASO CORTO. El Calvario de Almansa, adopta este tipo de paso: corto, lento, escueto y sin aspavientos marciales, rozando el suelo bajo el peso de su trono y Señor. Y lo más importante, con la trasparencia que evitan las ornamentales telas. Esto, junto al realismo bellísimo de la talla, dotaba a la imagen de vida propia en la procesión, causando admiración y exclamaciones referidas al vitalismo e inhumana divinidad; “parece que anda de verdad”. La pena siempre estuvo en las calles vacías de mucha parte del recorrido, pero eso corresponde a otro análisis social.

Entendido esto, la Esperanza debería procesionar igual. Para ello el Capataz Cerdán, tras un trabajo dedicado, consigue formar una cuadrilla de hombres, a los que merece la pena hacer alusión.

En gran parte esta cuadrilla estaba constituida por un porcentaje considerable de los integrantes del grupo festero Los Amigos del Marqués, grupo al que no me cuesta reconocer como catártico, transgresor e influyente en la forma de celebrar las patronales fiestas de mayo, y al que pertenecí durante algunos años. Y a mi juicio, y es más opinión que constatación, representan la controversia entre lo prosaico y el fervor, entre lo profano y la fe. Puedo asegurar que celebrábamos la Semana Santa en distintos pasos, pero con la misma disciplina y entrega, para luego llegado el 30 de abril, mostrar nuestra algarabía y emoción con las fiestas en honor a la Patrona. ¿Las fechas?. Pues me vuelve a fallar la memoria, pero cuando ellos llegaron a la Hermandad yo ya tenía experiencia de más de cinco años bajo las órdenes del Capataz Infantes, así que presumo que sería entre 1997/98.

Desde ese momento, y hasta su última salida en 2013, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, procesionó por las calles de Almansa, a golpes de llamador y en la brisa de un clarinete, un oboe y un fagot, la única forma de tapar si acaso, el silente estruendo de los pies de sus costaleros.

 

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EL OBISPO DE ALBACETE, MONSEÑOR ANGEL FERNÁNDEZ, RENUNCIA AL GOBIERNO DE LA DIÓCESIS

La consecuencia más inmediata es el cese de la potestad del vicario general y de los vicarios episcopales, y quedan disueltos el Consejo Presbiteral y el consejo Diocesano de Pastoral. De forma inmediata corresponde al Colegio de Consultores el gobierno de la diócesis hasta el nombramiento del administrador diocesano, a no ser que la Santa Sede disponga de otra manera. En el caso de Albacete, la Santa Sede ha dispuesto que se proceda a la elección del administrador diocesano por parte del Colegio de consultores.

Fuente: Diócesis de Albacete. 2024

 

ESCRITO DE MONSEÑOR ANGEL FERNÁNDEZ

Queridos sacerdotes, diáconos, vida consagrada, seminaristas y fieles laicos de esta mi querida Diócesis de Albacete:

Os comunicó que se acaba de hacer público que el Santo Padre, el Papa Francisco, ha aceptado mi renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Albacete, que libremente y después de una profunda reflexión, le había presentado por motivos de enfermedad. Como bien sabéis, mi salud se ha quebrantado por las operaciones quirúrgicas de mis ojos, y por otras enfermedades que vengo sufriendo durante un tiempo, y que poco a poco han ido mermando mis facultades de gobierno y pastoreo.

Vivo este momento como expresión de profunda comunión y gratitud con el Papa Francisco. Como dije el día del inicio de mi ministerio episcopal en Albacete, “es preciso que nos mantengamos en unión y sintonía afectiva con el magisterio y la doctrina de la Iglesia y, en nuestros días, con la persona del Papa Francisco, sucesor legítimo de san Pedro y vicario de Cristo en la tierra”.

En estos momentos, se acumulan en mi cabeza y en mi corazón todos los buenos momentos que he vivido en esta amada Diócesis de Albacete durante los casi seis años en que he ejercido el ministerio episcopal entre vosotros. Mi agradecimiento va particularmente hacia las personas con las que he trabajado codo con codo y muy a gusto con ellas. El día a día y los grandes o pequeños proyectos pastorales que hemos ido desarrollando, hacen que sienta que algo se desgarra dentro de mi corazón al tener que abandonar esta Diócesis que me ha enseñado a ser Obispo y Pastor.

Os agradezco a todos los albaceteños el cariño y la acogida que siempre me habéis dispensado en estos casi seis años de servicio episcopal; lo mucho que he aprendido de vosotros y las respuestas tan cercanas, cariñosas y generosas, que he recibido de muchos de vosotros. Especialmente quiero agradecer el trabajo pastoral de los sacerdotes y diáconos permanentes que durante estos años me habéis demostrado de lo que sois capaces. Muchos de vosotros, muy mayores en edad, pero jóvenes de corazón, me habéis dado un ejemplo de entrega y de generosidad atendiendo a las parroquias hasta que no habéis podido más. Gracias por vuestra entrega y que el Señor os lo premie.

Gracias también a los laicos en los movimientos apostólicos, cofradías y hermandades, asociaciones, etc., que habéis participado de los planteamientos pastorales de la Diócesis y habéis estado presentes en todo momento en los grandes acontecimientos y celebraciones. Seguid siendo evangelizadores activos y comprometidos en las diversas tareas diocesanas.

Y gracias también a los religiosos y religiosas que desde la oración y la participación en la vida de la Diócesis habéis estado siempre muy cercanos al Obispo. No quiero olvidar a los seminaristas, Alberto, Hermelo, Pedro y Álvaro, gracias por vuestro “si” generoso a la llamada del Señor, seguid formándoos para que seáis unos santos sacerdotes con el corazón como el de Cristo. Seguir fomentando la llamada a la vocación sacerdotal, es la única manera posible de que nuestra Diócesis de Albacete crezca en santidad, amor y fe.

Os pido disculpas, si a alguno he podido ofender con mis palabras, decisiones y omisiones. Y os pido perdón si en algunos aspectos no he sabido dar respuesta a lo que esperabais de mí como Pastor y Obispo. Me confió a la Divina Misericordia y a vuestra comprensión.

En mi escudo episcopal aparece este lema o palabras identificadoras de una misión a realizar: Evangelizare Iesum Christum. Estas palabras: “anunciar el Evangelio”, dar a conocer y amar a Jesucristo, vienen marcando, desde su inicio, mi ministerio episcopal. Es la tarea de la Iglesia, su naturaleza y razón de ser. Es mi específica tarea episcopal que ahora me toca desempeñar como Obispo emérito. Seguiré en la Diócesis hasta terminar el curso pastoral e ir cerrando la agenda de compromisos que tengo con Confirmaciones y otras celebraciones, aunque ya no gobernando la Diócesis pues en unos días el Colegio de  Consultores debe elegir un administrador diocesano.

Comienzo otra etapa de mi existencia que vivo como una manera nueva de servir a la Iglesia, como una renovada llamada amorosa del Señor a seguirlo y a abandonarme en sus manos.

Orad por el nuevo Obispo que pueda llegar, para que el Señor le conceda la abundancia de los dones del Espíritu en su servicio pastoral a nuestra Diócesis.

Rezad por mí como yo rezo por vosotros. Que el Señor resucitado os salve y bendiga. Con Dios os dejo y con la protección maternal de la Virgen María, Nuestra Señora de los Llanos, patrona de la Diócesis.

Con mi afecto, gratitud y bendición.

 

 

SEDE VACANTE

  • ¿Qué quiere decir “sede vacante”?

Es una expresión latina que literalmente significa “silla vacía”. Se refiere a la situación jurídica en la que se encuentra una diócesis que no tiene obispo porque el que tenía ha fallecido, ha sido trasladado a otra diócesis o ha renunciado a su encargo en ella por motivos de edad o enfermedad. Al no haber obispo su sede (su silla) queda vacante (vacía) porque no lo ocupará nadie hasta la llegada de un nuevo obispo. Desde el momento en que viene publicada la aceptación de la renuncia por parte del Romano Pontífice, el Obispo diocesano asume el título de obispo emérito de la diócesis.

  • ¿Qué sucede cuando una sede episcopal queda vacante? ¿Quién gobierna la diócesis?

Cuando la sede queda vacante, cesa la potestad del vicario general y de los vicarios episcopales, y quedan disueltos el Consejo Presbiteral y el consejo Diocesano de Pastoral. De forma inmediata corresponde al Colegio de Consultores el gobierno de la diócesis hasta el nombramiento del administrador diocesano, a no ser que la Santa Sede disponga de otra manera. En nuestro caso la Santa Sede ha dispuesto que se proceda a la elección del administrador diocesano por parte del Colegio de consultores.

  • ¿Qué es el Colegio de consultores?

Es un grupo de sacerdotes, con un número mínimo de 6 miembros y un máximo de 12, al que el Derecho Canónico encomienda la misión de asesorar al obispo diocesano en los temas de mayor importancia. Cuando la sede queda vacante le corresponde elegir al Administrador Diocesano.

  • ¿Qué es el Administrador Diocesano?

Es un sacerdote mayor de 35 años elegido por el Colegio de Consultores para regir la Diócesis hasta la toma de posesión del nuevo obispo.

  • ¿Qué competencias tiene el Administrador diocesano?

El Administrador diocesano tiene las mismas competencias, derechos y obligaciones que el Obispo, salvo las limitaciones que le impone el derecho. El Administrador diocesano es miembro de la Conferencia Episcopal Española mientras desempeña su oficio hasta la toma de posesión del nuevo Obispo.

  • ¿Cómo se elige el administrador diocesano?

El Colegio de consultores debe reunirse antes de 8 días desde que la sede está vacante. La reunión la convoca el sacerdote más antiguo por fecha de ordenación sacerdotal de los que forman el Colegio de consultores. Reunido el colegio se procede a una votación secreta mediante papeletas que escrutarán el sacerdote mayor y el más joven de edad, dando fe del resultado el secretario del colegio. Para ser elegido como Administrador diocesano es necesario obtener una mayoría de dos tercios de los votos emitidos. El elegido no necesita confirmación de ninguna otra autoridad. Debe aceptar la elección y hacer la profesión de fe ante el Colegio de consultores.

  • ¿Quiénes forman el Colegio de Consultores de la Diócesis de Albacete?

Actualmente el Colegio de Consultores lo integran los siguientes sacerdotes (en orden de antigüedad según la fecha de su ordenación sacerdotal):

  1. D. Luis Enrique Martínez Galera, Párroco de el Buen Pastor de Albacete y Presidente del Colegio hasta la elección del Administrador Diocesano.
  2. D. Vicente Contreras Rivas, Párroco de Ntra. Sra. de los Remedios de Fuensanta.
  3. D. José Agustín González García, Párroco de El Corazón de Jesús de Hellín.
  4. D. Matías Marín Sánchez, Párroco de Ntra Sra de la Asunción de Hellín.
  5. D. Julián Ros Córcoles, Párroco de San Juan Bautista de Albacete.
  6. D. Francisco José Sevilla Calixto, Párroco de San Juan Pablo II de Albacete.
  7. D. Damián Picornell Gallar, Párroco de San Roque de Almansa.
  8. D. José Fernando Cerro Játiva, Vicario Parroquial de El Sagrado Corazón de Jesús de Albacete y Ecónomo diocesano.
  9. D. Antonio Abellán Navarro, Párroco de El Sagrado Corazón de Jesús de Albacete, Canciller y Secretario del Colegio de Consultores.
  10. D. Juan Iniesta Sáez, Párroco de Ntra Sra de la Esperanza de Peñas de San Pedro.

 

 

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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (II)

Los años de soledad del Calvario en la Semana Santa Almanseña

«…, finalizada la Semana Santa del año 1994, el balance positivo que se hizo desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, planteaba las reales posibilidades de que las procesiones religiosas en Almansa se fortalecerían, y fueran primorosas realidades de fe y  esperanza, para un colectivo ciertamente amenazado por el notable incremento de actitudes políticas generales, que terciaban sobre la confesionalidad de la ciudadanía y el laicismo institucionalizado…».

Por Javier MACIÁ. Cofrade. Copyright-2024

Finalizada la Semana Santa del año 1994, el balance positivo que se hizo desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza, planteaba las reales posibilidades de que las procesiones religiosas en Almansa se fortalecerían, y fueran primorosas realidades de fe y  esperanza, para un colectivo ciertamente amenazado por el notable incremento de actitudes políticas generales, que terciaban sobre la confesionalidad de la ciudadanía y el laicismo institucionalizado.

Pero ¿dónde radica el éxito de aquella Semana Santa de 1994? Con más que cierta retrospectiva histórica, sino más bien fruto de haber participado sin descanso desde entonces en estas celebraciones, puedo afirmar que las razones de aquella cimentación fueron: primeramente la voluntad cierta de los promotores, es decir los fundadores de la Hermandad; recordemos aquí, que hicieron un esfuerzo grandioso por encargar y adquirir la imagen de Cristo aferrándose a la Cruz, y que se puede admirar en la Iglesia de la Asunción, en toda su belleza y esplendor,  así como la elaboración de unas andas, a modo de Trono, para la citada imagen, fabricada por el carpintero almanseño Martin Baeza (RIP), y después y no menos importante; el esfuerzo de quienes fueran nombrados Capataces de los pasos; Ángel Infantes García, paso de Jesús del Calvario y Fermín Cerdán Gosalvez, paso de la Esperanza.

Con referencia a los fundadores de la Hermandad, y como bien debéis entender dado el ínfimo escalón que por entonces sujetaban mis pies dentro de la organización, tan solo puedo describir la información que recibía y que ahora tiene su importancia para narrar los hechos. La Hermandad de Jesús del Calvario de Almansa tiene su alumbramiento bajo el ejemplo de la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, de la ciudad de Huelva. Esto es sumamente importante, ya que la estación penitencial de Almansa en el Jueves Santo, adoptará las tradiciones en vestimenta, organización y ordenes de salida, así como acompañamientos de base, de la mencionada hermandad onubense.

Así que, y esto lo supongo, en la cabeza de todos y cada uno de los hermanos constituyentes debía estar fijada la idea de que la imagen de Cristo procesionara por las calles de Almansa, a hombros de aquellos almanseños que quisieran participar.

Quizás, fruto de este deseo es el viaje realizado a Huelva, para recibir de la Hermandad madre, unas armaduras y estructuras de un trono onubense en desuso, para intentar acoplar el estilo andaluz a la procesión del Jueves Santo almanseño, y que tendría por protagonistas, la belleza de Jesús del Calvario y sus costaleros anónimos. Asistieron al citado desplazamiento, Los dos capataces de paso, Infantes y Cerdán, Jesús Yáñez (segundo capataz de Cristo, por esas fechas) y el fallecido Miguel Cuenca (RIP) que formaba parte de la cuadrilla de hombres de carga.

Otra suposición es el hecho de que, viendo la insuficiente colaboración, o quizás siendo menos ambiciosos, la estructura final del paso de Jesús del Calvario se viera completada por 12 puestos de carga en las andas que el afable Martin Baeza había construido para ello, olvidando los promotores la posibilidad de imbuir a los creyentes de Almansa, en la tradición de procesionar como “Costaleros “, en el modo andaluz.

Jesús del Calvario procesionaria de esta manera hasta el año 2014. Doce hombres de trono, como se conocen en Málaga, o anderos en tierras castellanas y su capataz al mando, escoltado por dos hermanos cofrades con su reglamentaria vestimenta, habito negro con cinturón de esparto.

Asentado este grupo de trabajo, las iniciativas de la Hermandad se derivan hacia la publicitación de las procesiones para años venideros. Es de justicia señalar que la instauración del Pregón de Semana Santa en Almansa es impulsada por el Calvario, como lo demuestra el hecho de que el primer pregonero de la Semana Santa Almanseña fuera el almanseño, escritor y periodista José Joaquín Alcocel (RIP).

Con estos mimbres, la Semana Santa renacía a finales del siglo pasado. Tras más de 30 años sin procesiones de hermandes o cofradías y hasta la llegada del nuevo milenio, en que resurgiría de las cenizas de la fe, la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli de Almansa, es decir, durante siete años, la Hermandad de Jesús del Calvario, procesionó sola y en silencio cada Jueves Santo.

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Diez años sin Jesús del Calvario en Almansa (I)

Mi participación en la Semana Santa publica de nuestra querida ciudad de Almansa cobra sentido si analizo, primero mis orígenes y educación, y seguidamente mi paso por el ejército que, aunque se debió al forzado reemplazo de obligado cumplimiento en aplicación de las leyes de entonces, si pude decidir alistarme voluntariamente a la Legión Española, por lo que la figura de Cristo y su Buena Muerte marcaron sin duda, las tribulaciones de la recién adquirida adultez social.

por Javier MACIÁ

Cofrade. Copyright-2024

Mi participación en la Semana Santa publica de nuestra querida ciudad de Almansa cobra sentido si analizo, primero mis orígenes y educación, y seguidamente mi paso por el ejército que, aunque se debió al forzado reemplazo de obligado cumplimiento en aplicación de las leyes de entonces, si pude decidir alistarme voluntariamente a la Legión Española, por lo que la figura de Cristo y su Buena Muerte marcaron sin duda, las tribulaciones de la recién adquirida adultez social.

Pero he de describiros esos dos momentos, que a buen seguro coincidirán en muchos aspectos con los de tantos contemporáneos, y vecinos míos.

La memoria en demasiadas ocasiones nos equivoca. Por ello simplemente me limitare a recordar, en primer término, la experiencia de haber corrido a esconderme en casa de mi abuela Carmen, que vivía debajo de mi casa, al ver como ciertos individuos disfrazados de capuchinos bajaban por la calle, entonces General García Valiño desde la placeta de Sendra, directos a la puerta de mi casa. Debía tener unos cuatro años o menos. Yo nací en 1966 en el día de la Merced. Así lo recuerdo, y para nada indica la concreción de fechas en que pudiera entonces, haber en Almansa procesión alguna de Hermandades y Cofradías.

No obstante, y en esto mi memoria es muy clara, recuerdo con mucho entusiasmo acudir de la mano de mi padre y durante varios años, a la procesión del domingo de Ramos y a la recreación del encuentro entre Jesús y su madre María (la Virgen de Belén), en las fechas que todos conocemos y a las horas que todos sabemos, es decir el domingo de Resurrección por la mañana.

Llegados aquí, podéis entender que mi participación en la Semana Santa almanseña por aquellas fechas era simple y exclusivamente, más que fruto de la admiración, curiosidad y expectación ante las imágenes, el público, la música de la banda y la propia celebración festiva.

LEGIÓN. Y pasaron los años. Murió el dictador y llego la democracia y la transición política. Así que metidos en la mitad de la década de los 80, mi adolescencia llega a su fin, el día que recibo el llamamiento militar, se practica el sorteo de destinos y decido alistarme a la Legión. Mi admiración por este cuerpo de ejército era previa. Quizás mi paso por asociaciones jerarquizadas y de disciplina cristiana, me abocaron a ello y desarrollaron mi sentido patrio, incardinado en un significativo amor por la familia, el pueblo y la nación.

Al desembarcar en Ceuta y con destino a la IV Bandera Legionaria, hogar donde se fundó, era muy consciente de lo que hacía.

Fueron casi dos años en los que la fe se hizo muy presente en mí y todo gracias a la magnánima presencia del Cristo de la Buena Muerte, al que rendimos más que honores y verdadera devoción como Caballeros Legionarios. Esto aún perdura, y bien lo saben aquellos que me conocen.

Ahora que ya conocéis la base de mis experiencias, puedo comenzar a narrar los hechos siguientes, y que tan solo quieren ser un análisis desde la autenticidad que me presta el haber sido participe y en ocasiones protagonista. Os voy a hablar de resurgimiento de las procesiones de Semana Santa en Almansa y de su actual coyuntura.

Corría el invierno de 1993 cuando de parte de D. Ángel Infantes García, empresario almanseño del calzado y D. Fermín Cerdán Gosalvez, Exalcalde de la localidad, recibí el ofrecimiento para aprovechar la oportunidad de colaborar como portador de las andas que se habían preparado para procesionar a la imagen de Jesús del Calvario, titular de la Hermandad religiosa del mismo nombre.

Con ello y mi afirmativa aceptación pase a formar parte de un grupo de almanseños, que posteriormente seriamos protagonistas como “costaleros del calvario “, y comenzaría una etapa de mi vida que me aportaría inolvidables experiencias.

EL CALVARIO. La Hermandad del Jesús del Calvario y María Santísima de la Esperanza se constituyó dos años antes a esta fecha. Había hecho el encargo de la talla de una imagen para consagrar la titularidad, al artista andaluz Antonio Dube De Luque, siendo hermano Mayor, Francisco Arques y Capataz del paso de pasión de Cristo, D. Ángel Infantes García.

En la Semana Santa del año 1994 realice mi primera salida en la estación penitencial del Jueves Santo (madrugada del viernes) a las 12 horas de la noche. Para mí y a todos los efectos en esos años la Semana Santa se componía de los siguientes eventos públicos procesionales: Tradicional Domingo de Ramos, Estación penitencial de Jesús del Calvario, Santísimo Entierro de nuestro Señor Jesucristo y Procesión del Encuentro.

Es en este momento cuando me siento integrado en la comunidad cristiana como verdadero participe de mi fe. Hacia 6 años que había abandonado el ejercito y supongo que el recuerdo de la experiencia en Málaga junto a mis hermanos legionarios, durante el desarrollo de su día más grande, reafirmo mi necesidad de manifestarme cristiano hijo de Dios.

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